Las personas son más importantes que la economía

Están siendo muchos en estos días los infectados y los muertos, incluso entre los pueblos indígenas, que son tan vulnerables. Hemos de tenerles muy presentes en nuestra oración y pedir para que a estos pueblos no les falte la atención sanitaria. Una de las lecciones que nos deja la dura prueba de la pandemia es la inhumanidad de la cultura del descarte, desde un descarnado utilitarismo, que ha relegado a los más ancianos y débiles. Las personas, como nos ha recordado el Papa, son más importantes que la economía, y tienen que estar siempre en el centro de nuestras preocupaciones. Solo así podremos decir que estamos poniendo las bases para una sociedad futura mejor, en la que de verdad no dejemos a nadie atrás.

Enric Barrull CasalsFuengirola