En el primer combate de boxeo al que asistí de niño (era otra época) me sorprendió lo de «asalto tal, segundos fuera». Me viene a la cabeza el tono imperioso de la orden de dejar la lona dirigida al manager y/o masajista al oír ahora las de la derecha político-mediática exigiendo que Podemos deje la esquina y todo vuelva a ser como antes. Error mayúsculo, en términos de estabilidad política y social. En la monumental crisis que se está formando resulta fundamental en el Gobierno alguien acreditado para mover la calle y canalizar algunas de sus demandas. En aquellas veladas el público, cuando discrepaba del árbitro u olía tongo, montaba broncas monumentales, con lanzamiento primero de almohadillas y luego de las sillas de tijera. Velada finalizada. ¿Prefieren ver a Iglesias y los suyos entre un airado público? De ahí no podrán echarlos, ¡tienen localidad sacada en urnas, caramba!