Aunque siempre ha habido cosas de las que se puede hablar en privado pero no en público, el problema surge cuando el censo de tales asuntos cristaliza en una moral social completa, restrictiva, pacata, púdica y sectaria. Cuando lo 'políticamente correcto' se aplica de forma coercitiva, bajo pena de castigos severos en la plaza pública de las redes, no estamos lejos de una dictadura social. La justísima lucha por los derechos de minorías o partes de la sociedad discriminadas genera a veces en sus vanguardias más aguerridas una patológica moral de combate, bajo la que cualquier discrepancia o matiz respecto de la doctrina convierte a su autor en enemigo. Esta pandemia de lo simple y de los simples causa estragos, y es natural el manifiesto de más de un centenar de intelectuales de USA, país cuyo fondo de armario puritano lo lleva a cada tanto a devastadoras cruzadas morales.