Grandes y pequeños, del Norte y del Sur, frugales (los llamo frígidos) y glotones, de izquierda y de derecha, contribuyentes netos o subsidiados netos, europeístas y eurolánguidos, hombre o mujer. ¿Cuál es la combinatoria para lograr apoyos sin perder del todo el propio perfil?, ¿cuál la que explica la victoria del oponente de Nadia Calviño? Aunque nadie hasta ahora lo haya descifrado, un algoritmo rige también la política. En realidad ésta existe gracias a esa ignorancia, que hace necesaria la intuición, la astucia, el ardid, la sutileza, el doblez, los pactos secretos. Ahora conviene que Nadia no pierda crédito, ni tampoco autoestima. Quizás no sea una maga de la economía, con la fórmula secreta para salir del bache, ni muestra un carisma claro, pero da la impresión de tener carácter, y en un mundo tan voluble y versátil quien tiene un carácter tiene un tesoro. El ejemplo es Merkel.