Pues se acabó la temporada en el baloncesto nacional. Bueno, y europeo también. Pero para los clubes no hay vacaciones. Primero, el baile en los banquillos, que no es otra cosa que algunos entrenadores cambian de equipo. Más difícil es ver alguna cara nueva en esa rueda de entrenadores ACB, a no ser que entres en esa rueda gracias a ascender o ya hayas estado en esa rueda no hace mucho.

Después está formar la plantilla. Directores deportivos en contacto con agentes, que son los que mueven el cotarro, viendo vídeos de jugadores en función del sueldo al que pueden llegar. Estos directores deportivos supongo que intentan estar muy en contacto con su entrenador a la hora de decidir a quién fichan. Otras veces son los propios presidentes los que opinan, quieren decidir o por lo menos formar parte de la decisión.

Y bien, cuando empiezas a trabajar en la confección de tu equipo, llega la primera cuestión: los jugadores de formación. Y es que tienes que tener en cuenta a la hora de formar tu equipo que necesitas tener un número de jugadores que se hayan formado en España en los tres últimos años en su etapa de cantera porque así lo estipulan las reglas. Esta fórmula se creó para que esos chicos extranjeros que los clubes ACB incluían en sus canteras pudieran formar parte del primer equipo en un futuro sin ocupar plaza de extranjero, comunitario o cotonou. Vamos, que contaran como si fueran españoles.

Esto puede hacer que la característica más importante del jugador al que fichas es que sea jugador de formación. Ese detalle pesa más a la hora de fijarte en ese jugador que si rebotea bien en ataque, tira de tres puntos o es buen defensor. O, lo que me parece más letal todavía, que un equipo pueda formar su plantilla sin tener jugadores españoles mientras tenga cubiertos los cupos de jugadores de formación.

No soy yo de los que piensan que al jugador español hay que protegerlo por el único hecho de ser español. No lo necesitan. Aunque no debemos olvidar que la ACB es una competición española. Los jugadores españoles deben demostrar que son tan buenos como los jugadores extranjeros, comunitarios o cotonous. Si nuestra competición quiere ser la mejor liga nacional de Europa, aquí deben jugar los mejores. Pero pienso que hay mucho talento en el baloncesto español, que hay jugadores españoles de gran nivel en los que pueden fijarse todos estos directores deportivos no porque sean españoles y, por lo tanto, jugadores de formación, sino porque son muy buenos, están sobradamente preparados.

Pero, fijaos qué os digo, en LEB Oro también hay jugadores jóvenes y otros no tan jóvenes pero que han tardado más tiempo en terminar de formarse, que podrían jugar en ACB porque son muy buenos y han adquirido un conocimiento del juego enorme gracias a los magníficos entrenadores españoles que hay en estas competiciones FEB.

El jugador español ha evolucionado enormemente. Ahora quiere ser mejor físicamente, quiere ser mejor técnicamente, durante la temporada llegan antes al pabellón o al gimnasio de la hora a la que empieza el entreno (y se marchan más tarde), no para de trabajar en verano... Y con él es más fácil crear un sentimiento de arraigo a la camiseta y a la ciudad que acerca a la afición al equipo. No digo que con los jugadores extranjeros no se pueda conseguir esto, pero pienso que es más difícil.

Sin duda, cuando haces un equipo tienes que apostar por el talento y, en función de las posibilidades económicas que tengas y lo que necesites, vas completando una plantilla que después ensamblará el entrenador. Pues bien, en el mercado nacional de jugadores y entrenadores hay mucho talento en el que encontrar aquello que necesitas. Solo tienes que buscarlo con la total certeza de que no te defraudarán, de que si fichas un jugador nacional aciertas seguro porque ellos están entre los mejores de Europa.

Equipos de Euroleague como Real Madrid o Valencia están siempre pendientes de los jóvenes talentos españoles que surgen. Esperemos que el ejemplo cunda en otros equipos y no veamos esta nueva temporada plantillas formadas totalmente por jugadores foráneos. Si le damos la oportunidad al jugador nacional no nos defraudará.