Aunque la sección se llama 'Málaga de un vistazo', de vez en cuando me dejan que me asome a la valla y mire más allá de la Alameda, como hoy, que me he puesto mirando a Europa. ¡Ay, qué tiempos en los que se bramaba contra la Europa de los mercaderes y lo bien que nos viene ahora el bálsamo de su ayuda! ¡Cuánta sensibilidad de quienes, desde nuestro país, exigen esa solidaridad pero, a su vez, se la niegan a extremeños o andaluces! En esta rueda de la fortuna estamos y nosotros, hoy por hoy, al sur del sur, somos un fijo en la quiniela de echar una mano.

Y sobre estás, yo sólo una palabra: ojalá.

Ojalá en esta ocasión se gasten, y no queden como en esos años del susanismo, arrumbados en una partida manejada por malabaristas del no hacer nada, el plato lleno a la basura del que te pedía de comer; ojalá se gasten con orden, luz y taquígrafos, como hay que gastar el dinero que no es tuyo, dando todas las explicaciones, corrigiendo los errores, con exactitud y eficiencia; ojalá se gasten con prudencia, no en pabellones vacíos ni en observatorios llenos de compadres, y se apliquen a empujar en todas esas partes donde andamos flojos, para que en la próxima no seamos nosotros quienes pidamos, sino quienes demos. Ojalá se gaste con todos los matices y con todas las cautelas, posiblemente sin contentar a quienes estamos hoy mirando la obra, pero sí a los que nos han de suceder y haciendo como siempre dicen los agraciados con algún premio de la lotería: Para retirarnos, no, pero sí para tapar algunos agujerillos». Educación, formación, empleo, salud, asistencia y cuidados, de arriba abajo, sin bandas ni bandoleros, para salir de ésta y no volver, en la próxima, a lamentar lo no hecho. Ojalá.