«Por la salud de todos necesitamos la independencia» (Torra). El problema no es que un disparatado visionario diga estas cosas, sino que en Catalunya haya miles y miles de personas, tal vez millones, que lo crean. La independencia se ha vuelto para ellos una receta mágica, una causa-medicina. Atención, no es ignorancia, la vanguardia del secesionismo está formada por profesionales, profesores, gentes de la cultura, pero a fuerza de manejar estas pócimas han acabado por envenenarse. Ahora han tenido la oportunidad de gestionar la pandemia y su fracaso está siendo estrepitoso, por lo que una vez más optarán por la fuga hacia adelante, echando la culpa a otros (España, claro) de su incapacidad. ¿Les faltan recursos para luchar contra la pandemia? Les bastaría poner fin a sus delirios de Estado (empezando por las embajadas) para que pudieran reclutar un ejército de rastreadores.