La reapertura de las rutas a la cima del Everest, tras 4 meses de cierre por coronavirus, se incluiría en la misma sección que, por ejemplo, el nuevo horario de apertura de los locales de ocio nocturno. Aunque la noticia no informa de las medidas de separación social aplicadas en el caso del Everest, es de suponer que las autoridades nepalíes evitaran que se formen colas sin guardar distancia, como la de aquella foto de la interminable fila en «la arista cimera» (argot montañero) esperando turno para pisar cumbre. Hemos logrado aplanar tanto el mundo, hacerlo igual para todas las cosas, convirtiendo la vida individual en consumo de masas y acabando con los obstáculos naturales, que por esa llanura de la humanidad, recorrida incesantemente por 8.000 millones de hormigas con su carga, un bichito de mediano talento se mueve a sus anchas, dentro del programa virus sin fronteras.