El alcalde ya ha anticipado que por su parte no hay problema en que el Gobierno dispondrá de los excedentes de tesorería que tiene el Ayuntamiento.

Nada sorprendente, en tanto que la opinión del PP era precisamente la contraria, de manera que ha dejado a su partido (bueno, lo de»su» es un decir) con la risita nerviosa y la frase habitual de «Bueno, en fin, sin las cosas de Paco».

Es conocido que el Sr. De la Torre juega a ser un Maquiavelo en el peor sentido, ya que éste, tomando ejemplos poco edificantes de su época, proponía un manual de permanencia en el poder por la mera permanencia y con amplitud de medios. Puede que esta jugada de salir a ofrecer lo que la oposición no tiene nada claro sea un movimiento en esa eterna partida que juega con su sucesor, dando por sentada su convicción de que se sucederá a sí mismo.

Sobre el tema del dinero, me parece muy bien que mi alcalde haga y deshaga con esos ahorros. En algún rinconcito de esa bolsa deben de estar los impuestos que los malagueños hemos pagado, alguna plusvalía injusta de esas que te caen como un piano en la cabeza o esos fondos que nos ha quitado de boca, y que debieran haberse aplicado en hacer lo que se debía.

En fin, cuando el dinero no es tuyo, se puede ser generoso, incluso pródigo con él; a mayores, esta bonhomia de seguro servirá para poder explicar el por qué no se acometen determinados proyectos: «Sin esos excedentes, sin esa hucha, no se puede». La excusa permanente.