Se conoce como 'cayetanos' al pijerío madrileño más acrisolado, que suele localizarse simbólicamente en el barrio de Salamanca. La exportavoz parlamentaria del PP los representaba a la perfección en cuna, ideario, aspecto, actitud y ese tic de clase como perdonándote la vida. Se trata de una cuadra con pura sangres de cierto poderío, pues un alto porcentaje de la clase dominante viene de ahí, aunque al crecer vayan perdiendo señas externas de identidad para mejorar técnicas de mando. El problema de ese grupo social (que lo es) estriba en que son pocos para vaciar el aire de unas urnas. El propio invento de la derecha europea de los partidos 'populares' es un modo de disimular el pelo de esa dehesa, pues la raza fetén no da bastante leche electoral. Aunque a Pablo Casado, nada tonto, no le importase que Cayetana se metiera en charcos, vería que en esos charcos no hay peces.