Con la indiferencia de la UEFA, el 7 de mayo de 1955 el comité de la Copa de Europa recibió el consentimiento de la FIFA, desde Londres, para la disputa de la competición. Este paso daba más seguridad para consolidar el campeonato en la segunda reunión que se dio lugar el 17 de mayo en el Salón Azul del hotel Castellana Hilton.

La reunión, que comenzó cerca de las once de la mañana, fue presidida por Ernest Bédrignans. Por parte española, al igual que en la reunión celebrada en París, estuvieron Santiago Bernabéu y Raimundo Saporta.

En primer lugar se debatió la proposición de la FIFA de cambiar la denominación del campeonato, pues la palabra «Europa» estaba reservada para un campeonato europeo de naciones organizado por la UEFA. El comité estudió que llevara la denominación de «Copa Presidente de la FIFA», propuesta que no se llevó a cabo llamándose finalmente, en francés, «Coupe des Clubs Champions Européens».

Como segundo punto, también a través de las directrices de la FIFA, se acordó que cada equipo participaría con el consentimiento de la federación de fútbol de su país. Esta decisión hizo que el Chelsea, representante inglés, fuera excluido de la competición (el famoso ego inglés que volvería a saltar a escena) y sustituido por el conjunto polaco del Gwardia.

La tercera cuestión reflejaba la idea de la FIFA de que se llevara a cabo el campeonato bajo su auspicio, aunque a través de la UEFA, acordándose de que formara parte del comité el señor Ebbe Schwartz, presidente de la UEFA.

Se trató la confirmación de los dieciséis clubes que participarían en la primera edición, aunque aparte del cambio referido por la ausencia del Chelsea, también se produjeron otros significativos: El Honved fue sustituido por el Vörös Lobogó. El BK Copenhague por el Aarhus. El Malmö por el Djurgardens y el Holland Sport por el PSV Eindhoven.

Se acordaron las fechas de la primera eliminatoria, en la que el Real Madrid disputaría la ida, en terreno del Servette, el 8 de septiembre con arbitraje de un colegiado francés; y la vuelta, en el Santiago Bernabéu, el 12 de octubre arbitrado por un italiano. Los conjuntos, diez días antes de los enfrentamientos, tenían que, previo sellado por su federación, enviar al comité organizador la lista de los jugadores disponibles.

La reunión acabó a las dos de la tarde, cuatro horas después de su inicio. El presidente del comité alabó la idea del rotativo L´Equipe para la disputa de este gran campeonato y agradeció las atenciones que todos recibieron en Madrid.

Acabada la reunión, todos sus integrantes fueron guiados para una visita al estadio Santiago Bernabéu y demás recintos deportivos que formaban la Ciudad Deportiva que había construido el máximo mandatario blanco, dejando gratamente sorprendidos, a todos ellos por su magnitud.

A la noche y para celebrar por todo lo alto el acuerdo alcanzado, se celebró una cena en el hotel Fénix, y al día siguiente un almuerzo en el hotel Commodore, horas antes de que todos asistieran al encuentro amistoso internacional que disputarían la selecciones de España e Inglaterra que acabó con empate a un tanto.

La gran importancia de la reunión, hizo que numerosísimos medios de comunicación españoles, ABC, Marca, El Mundo Deportivo y La Vanguardia, estuviesen presentes en el lugar de los hechos para informar debidamente.

Todo parecía ser un camino de rosas en la que un grupo de «amigos» ansiosos por disputar una competición que más allá de ser un mero duelo deportivo entre dos equipos, llevase la confraternización a lo largo de un continente que apenas una década antes había sido devastado por la segunda Guerra Mundial y que aún se encontraba en plena restauración. Pero, en el último momento, la intromisión de la UEFA y FIFA, puso en jaque la puesta en marcha de la competición€ (Coello. Diario Marca).

Era momentos de vino y rosas para los que parieron la idea, pero y como bien apuntaría Coello en su artículo, ¿habría algún movimiento de última hora de FIFA y UEFA para acaparar ellos todo el protagonismo del torneo y manejarlo a su antojo?...