No sé cómo, hace un par de días, acabó circulando delante de la mirada de mi hija de cuatro años una imagen de Curro, aquella mascota nariguda de la Expo 92 de Sevilla. Nada más verla, a ella no se le ocurrió otra cosa que decir: 'Mira, papá, un unicornio'. Y el padre en cuestión -que viene a ser el menda que firma este artículo- tuvo la frase hecha en bandeja, masculló el típico 'ay qué cosas tiene la niña' y dejó el hallazgo infantil a buen recaudo, porque el fin de semana se sentía demasiado cercano y todavía no sabía muy bien de qué iba a escribir.

Accidentalmente, este animal mitológico -que ahora nos encontramos hasta en la sopa- apareció también en las noticias con una k que chirriaba en el título de la gira de conciertos de Pablo López. Como 'Unikornio' ha sido bautizado el conjunto de veladas que a este malagueño -con pintas de buena gente y ademanes de músico excelso- le ha deparado un buen susto a la altura de la capital de los objetos punzantes. En Albacete, a un trío de vándalos le dio por lanzar contra el cantante, en plena actuación, cosas que parecían piedras y resultaron ser semillas de plátano. Intolerable. Los 'muchachos', que iban ataviados de blanco como Curro, pretendían hacer una gracia y estuvieron a punto de provocar una desgracia.

La verdad es que este desvío hacia las carreteras de La Mancha no estaba previsto, hasta que en el camino se cruzó uno de esos trances detestables que tantas veces vomita la actualidad. Ahora tocaba saltar desde la niña hasta Las niñas. Desde el singular hasta el plural. Y ya con una mayúscula porque ese es el nombre que se ha grabado sobre la Biznaga de Oro a la mejor película del reciente y admirable Festival de Málaga.

Las niñas es la ópera prima de la cineasta maña Pilar Palomero y está situada, precisamente, en un 1992 que con el paso del tiempo ya no resulta tan mítico ni tan 'don perfecto'. A ese año, en el que todavía no era ni adolescente esta directora nacida en 1980, viaja un largometraje que acaba de irrumpir en los cines con la educación religiosa de trasfondo. Otra vez, los colegios.

¡Cuánto atormenta ahora mismo el regreso a las aulas a los padres de la niña! Mejor dicho, a los padres y las madres de los niños y las niñas que corretean con sabia inocencia por cualquier rincón de esta peleona y complicada España.