Vista la inhabilitación desde el sencillo catalanismo victimista, han echado a todo un president fruto de la voluntad nacional por no acatar la orden de un Tribunal en asunto nimio. Vista desde el Tribunal, la ley es la ley, y afirmar su imperio en cualquier circunstancia impedirá que todo el edificio legal pueda venirse abajo. Vista desde el activismo independentista (del que Torra es parte) la bicicleta del procés necesita ser engrasada de cabreo a cada tanto, y esta inyección llega en el momento justo. Vista desde el españolismo radical, hacen falta episodios de confrontación así para ahuyentar cualquier tentación pactista (y a la vez engordar). Vista desde Moncloa, la inhabilitación era inevitable y ahora verán que queríamos distanciar del conflicto al Rey (y nosotros de paso). Vista desde la oposición, esto puede dejar al okupa de Moncloa sin la escalera por la que ha subido.