«Una herida despide su propia luz, dicen los cirujanos». Son los primeros versos de 'La belleza del marido', una larga herida de amor de Anne Carson, escenificada en una antigua nave de la Fábrica de Armas de Oviedo, herida abierta en el alma industrial de Asturias que una fugaz y precaria vida cultural intenta sanear. La admirable representación de Aitana Sánchez-Gijón y José María García-Pérez de la obra de la Premio Princesa de Asturias de las Letras de este año tiene lugar en el contexto preventivo de la herida abierta por la Covid-19, entre insólitas y ejemplares medidas de seguridad sanitaria. Una herida dentro de otra herida dentro de otra herida. Tan ritual como lo que sucede en las tablas y su deconstruido contexto teatral resulta el espacio de los espectadores, enmascarados, distantes y solemnes. Los caminos de la belleza, para formalizarse, son insondables.