Tras mi última colaboración en La Opinión, el Unicaja ha jugado contra el Mornar Bar y el Valencia Basket, lo que ofreció el plantel de Luis Casimiro Palomo en Montenegro fue un paso más en el descenso a los infiernos con un baloncesto indigno del club al que representan y que les paga, y el partido del domingo, el cual figuraba como el más difícil que se tenía en puertas, ha significado la segunda victoria, y un triunfo de los que hay que tomar en consideración.

El partido de Valencia, hay que tomárselo como todo, con cierta distancia, y al igual que el desastre visto no llegó sólo por los encuentros frente a Joventut, Manresa o Mornar, pensar que todo se arregla con lo de hace un par de días es un error de base.

Como error de base, también considero reforzar el análisis del grupo pensando que la temporada pasada tuvo sus puntos fuertes en la Copa del Rey y la Fase Final. Si bien, el equipo jugó la final de copa, no hay que olvidar que el club malagueño

participó en el certamen porque las instituciones hicieron el esfuerzo y lo trajeron a Málaga, por méritos deportivos, el San Pablo Burgos era el club que hizo el merecimiento para jugar, no el equipo de Los Guindos. Tampoco hay que olvidar el sorteo tan benévolo que tuvo el Unicaja, con unos rivales que hubieran estado en las peticiones de todos los seguidores, y que eliminó del camino hasta la final a todos los equipos de Euroliga.

En cuanto la Liga ACB 2019/2020, ante una fase final que se presentaba como una gran oportunidad para rentabilizar todos los fichajes realizados durante el curso y acallar críticas, se dejó escapar el partido decisivo dos veces, repitiendo errores ya conocidos y demasiado habituales, y ello no hizo sino recordar que la clasificación para la misma no fue sino otro regalo, u otra buena gestión a nivel despachos, que hizo aumentar los ocho equipos clasificados para los playoffs tradicionales, convirtiéndolos en una docena donde sí se pudo meter el Unicaja, ya que estaba fuera de los ocho elegidos. Por lo tanto, sacar pecho y poner en valor un curso que necesitó de cuatro fichajes durante la temporada, y de dos favores extradeportivos para poder meterse donde tiene que estar este equipo, tiene más sensación de un rendimiento por debajo de las expectativas.

Tras la historia del año pasado, esta temporada nos estamos encontrando que pese a las expectativas que pudiera haber, las decepciones reinan, y nada más, sólo la irrupción de Yannick Nzosa salva el primer tramo, y de qué manera. No sé si la carrera del congoleño será más o menos longeva, si llegará a cumplir la expectativas que ni se sabía que fuera capaz de alcanzar, o si durará mucho o poco aquí, pero lo que a la vez es un punto de luz en la oscuridad del juego cajista, es un sopapo en toda regla a los integrantes del juego interior, quedando retratados tanto los jugadores, como el entrenador (que habla de «súper equilibrio»), como los que han dado el paso de sus fichajes o renovaciones.

A día de hoy, Deon Thompson no ha rendido en ninguna de las dos posiciones interiores, todo lo que se necesita de él, son carencias que asoman del californiano en cada partido, Volodymyr Gerun vino como uno de los pívots de un equipo descendido a Liga LEB y como tal lleva dos años, por mucho que estemos todos locos -incluido el presidente del club-, por verlo de ofrecer prestaciones de jugador de Euroliga, cosa que dudo que veamos en Málaga, lo de Rubén Guerrero sólo puede definirse como involución, el nivel actual me atrevería a decir que está más atrás que el que ofreció a su llegada al Unicaja, y no es que físicamente esté peor, lo que lo veo es mucho más inseguro y más nervioso que en su debut con el Unicaja.

La aparición de un chico de 16 años ha servido para arreglar parte de un grave problema y situar en el disparadero a jugadores que ya estaban cuestionados, así de simple. No sólo los jugadores interiores no justifican su permanencia en Unicaja más allá de un contrato en vigor, hay otras piezas que tampoco están rindiendo acorde con lo que demanda ni club, ni competición, y resolver todo esto es complejo y no creo que se esté actuando en consonancia con la respuesta que hay que dar, ya se perdió el tiempo en verano, y ahora es todo más difícil.

La victoria del domingo es importante, una noticia agradable y que hacía falta, pero pensar que el cambio del equipo ha sido radical es un error, un Valencia Básket que hizo el gasto semanal en el partido de Euroliga ante el Real Madrid, con un juego malo por momentos y que mentalmente ganó el partido con el primer parcial que endosó, seguro que mejorará en el rendimiento, no se puede pensar que todos los problemas se han acabado con sólo una victoria, no creo que seamos tan ilusos.