'Elogio de la tontería', por Venancio Rodríguez Sanz

Jesús era pobre, tonto y malo. Esta es la conclusión que se puede sacar si tenemos en cuenta aquello de: «El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija». El Cristo se arrimaba a los pobres. También era mala persona porque ya lo dice aquel otro adagio que reza: «Dime con quién andas y te diré quién eres». El Mesías andaba con mala gente. No era listo porque llamó «hipócritas, sepulcros blanqueados, etc.», a aquellos poderes públicos y eclesiales que podían haberle colocado a Él, a sus padres y a sus discípulos en sendos puestos en la administración pública... A ver, ¡hombre! Para ser listo se tiene que cumplir una serie de requisitos mínimos. Hoy día se nota que somos más inteligentes que en aquel entonces porque sabemos que solo con votar, es suficiente para elevar el coeficiente intelectual de una persona. Así lo demuestra aquellas sabias palabras de Juan Barranco que decían: «No hay nada más tonto que un trabajador de derechas». No es necesario que hagas una carrera, ni oposiciones, ni que te toque la lotería, ni que te apadrine un pez gordo, ni que comas solomillo todos los días; solo con votar a la izquierda tienes suficiente. Entonces, como se ha demostrado: teniendo en cuenta que el hijo de Dios era pobre, tonto y malo, no es necesario ser un fiera para deducir que el hijo del hombre hubiese votado a la derecha, ¿sí o no?