De bronca en bronca y tiro porque me toca. Tiempo para no olvidar. Estamos en el estado de la crispación, pero no por igual en todas partes. Hay presidentes autonómicos a quienes asusta que la creciente tensión y crispación se instale en sus comunidades, trabajan con seriedad y responsabilidad; responden a la dura exigencia social y de salud, luchando contra la pandemia sin trápalas, ocultación de cifras y adoptando medidas que anteponen la salud de los ciudadanos a propuestas electoralistas. Y hay manifiestos ejemplos en Europa, Francia y Alemania, con restricciones severas, con Cataluña cerrando bares y restaurantes, con el Principado de Asturias dando ejemplo con los deberes hechos, tal cual Puig en la Comunidad Valenciana. Políticos serios, documentados, bien asesorados, con capacidad para responder al dolor y a los lógicos miedos. Que el francés Macron se incline por el toque de queda debe hacer reflexionar a quienes ayer mismo pedían que las débiles medidas aprobadas para Madrid se limitaran aún más. Esto sucede en la Comunidad de Madrid con la presidenta Díaz Ayuso tomando el pelo a todos los españoles, con un bochornoso espectáculo del que se ha hecho eco la prensa mundial, con la asombrosa petición por parte del PP de reprobar al ministro de Sanidad, señor Illa. Y todo ello dentro de una bronca parlamentaria donde la derecha extrema y la extrema derecha se mueven como peces en el agua. Le quitas a García Egea, a Cuca Gamarra, a Espinosa de los Monteros y a Macarena Olona este minuto de gloria en el Parlamento ¿y qué les queda?

Díaz Ayuso nos ha mentido con los datos. Una inepta de tomo y lomo, con su solo objetivo de salvar la economía, salvarse ella y que les den morcilla a los madrileños. En el día a día certifica su descarnado e irrazonable enfrentamiento al Gobierno de Pedro Sánchez, con especial inquina al ministro de Sanidad, sr. Illa. Nunca entendió que la mejor política económica es la salud de los ciudadanos; le importa un rábano y como le ha espetado Monasterio de Vox, haber sido quien arrastró, por interés propio, al Gobierno al estado de alarma y moverse en las cenagosas aguas de quien maneja a su antojo la cifra de infectados. ¿Quién o quiénes son los culpables de los muertos? Díaz Ayuso ha llegado a tal grado de ineptitud que ya no asombra su incapacidad para entender lo que pasa en Madrid. Por el contrario, tenemos presidentes de comunidades, de su propio partido, que son responsables y serios; documentados que quizás cometan errores pero reaccionan. Mejor le iría al PP si esta señora fuera apartada del bochornoso y doloroso espectáculo que nos da a diario. Incompetencia aparte del vicepresidente Ignacio Aguado y dele consejero de Justicia, Enrique López, ilustre deudor de bienes recibidos.

Y dentro de este permanente asombro que me produce el PP y las políticas de Aguado he de confesar que llevo un tiempo sin sorprenderme. Hasta tal punto llega que entiendo que no les quede más remedio que dar por buena, felicitarse y sentirse reconfortados con la reconfirmación del Tribunal Supremo que, salvo en pequeños matices, valida la sentencia de la Audiencia Nacional en el caso Gürtel. Ver y oír a Pablo Casado, Cuca Gamarra, García Egea, Maroto, el de la moto, y saludar de forma eufórica la gravedad del fallo de Supremo y asistir, sin asombro, digo yo, a la «reparación moral» de la que habla M. Rajoy al analizar la sentencia he de convenir que yo debo vivir a la luna de Valencia y no me entero de nada. Y para saber si estaban en lo cierto, anoche y durante tres horas me leí la sentencia y cuál no sería mi asombro al comprobar que el más alto Tribunal da por probado que el PP se benefició a título lucrativo con 250.000 euros, que mantiene las altas penas de cárcel a dirigentes del PP en el ámbito nacional, regional y local. Es tal el descaro de la dirigencia actual del PP que llega a firmar que ningún militante del PP ha sido condenado, como ha escrito, con absoluta idiotez quien fuera presidente durante la Gürtel, M. Rajoy. Releyendo la sentencia observo que ante el Tribunal que los juzgó, salvo en algún caso, todos mintieron como bellacos. Como que tampoco se ponían en fila india, como en el colegio, para cobrar sobresueldo en B. Rato y Álvarez Cascos, dos de los alimentados extras, lo cuentan de forma tan gráfica que no puedo evitar ver a M. Rajoy, a Javier Arenas, la Cospe y tantos otros contando los billetes que los tesoreros del PP habían recabado mediante el sistema corrupto que había convertido el PP en una inmunda cloaca. Lo quiera o no, Pablo Casado.

P.D.- (1) Con la sentencia y entrada en cárcel de Rosalía Iglesias, la mujer de Bárcenas, vuelven a sonar tambores de guerra en Génova, la sede del PP. Hay temblores telúricos y razonables miedos. ¿Contará Bárcenas su comida en Oriza (Sevilla) con Javier Arenas? Atentos.

(2) M. Rajoy mintió en sala judicial. Mintió en el Parlamento, sede de la soberanía nacional, y mintió a los jueces que juzgaban el caso Gürtel. Y sigue cobrando de los españoles.

(3) Pablo Casado ha llevado a Bruselas la pretendida reforma del Gobierno para desbloquear la renovación del Consejo del Poder Judicial. ¿Tendrá la valentía de decir que es él y su partido quien lo bloquea desde hace cinco años? Largo me lo fiais, amigo Sancho.

(4) La Fiscalía Anticorrupción se opone a investigar a Pablo Iglesias por el ‘caso Dina’. Un balón de oxígeno para Podemos y Pedro Sánchez. No se preocupen, la derecha seguirá dando la machaca. Y Vox, la extrema de la extrema montará sus numeritos.