En el fondo Abascal ha sacado de su moción derrotada un rédito de importancia: su entrada en el establishment como ultra legítimo. Los grandes medios hablan de él con cierta naturalidad y aborrecen su discurso y sus modos sin la repugnancia del apestado. Por el otro lado del arco Pablo Iglesias logró algo parecido a través de sus OPA, todas fallidas, contra Sánchez, y ahí le tienen, dando título y titular a Casado. Incluso el hallazgo de que el púgil valentón de fiero verbo tiene mandíbula de cristal, y se viene abajo si le hacen la novatada, puede ayudarle. No creo que ese ingreso en el club del "régimen", sección veremos, sea malo para el sistema. A fin de cuentas Abascal representa la memoria histórica del franquismo, que vivía aletargada en el intestino del PP y que por exorcismos que hagamos será por mucho tiempo uno de nuestros demonios. Mejor en la bancada que en el infierno.