El Papa y la unión gay

No exageremos. Al decir que los homosexuales tienen derecho a tener una «familia» Francisco desvirtúa el sentido de la palabra, pues sigue prohibiendo su unión carnal y el tener (adoptar) hijos. Sólo admite, por fin, como ya en muchos países de nuestro entorno, que tengan una cobertura legal: por ejemplo -para poder heredar; un derecho humano fundamental al que el Vaticano, como a tantos otros, llega bien tarde. Pasito positivo, al menos, no como el del jefe del episcopado latinoamericano, que no hace tanto, ante la reivindicación del clero de poder casarse, respondió. «¡Qué se casen y aprendan lo que es bueno!»

Fermín Espinosa Romero. Málaga