Vuelve el silencio a Málaga. El silencio, como recurso paraverbal, se instala de nuevo en la noche de esta ciudad que siempre presume de sonora, vibrante y apasionada. ¿Qué significado tiene el silencio? En medio de este diálogo inquietante mantenido en una época marcada por la incertidumbre revestida de pesimismo, este mutismo adquiere un doble alcance; de un lado, nos sumergimos en un silencio objetivo -la ausencia de sonido sin otra complicidad -; por el otro, nos imbuimos en un sigilo subjetivo, el cual nos conduce a abrir un paréntesis reflexivo sobre el devenir de esta urbe sacudida por una pandemia tan inusitada, generadora de muerte, temor, desconfianza y cuotas de desempleo más que alarmantes; adentrándonos en una espiral socio económica sin visos de recuperación a corto y medio plazo ante un veleidoso futuro con tintes turbadores: el presidente de la Junta, Juanma Moreno, ha anunciado que hoy miércoles se tomará la decisión de cerrar o no la comunidad autónoma ante el próximo puente. Estremecedor.

Los músicos descubren con el tiempo que tan importantes como las notas son los silencios. En este contexto, el silencio es un signo que indica la duración de una pausa. Todas las notas musicales tienen su propio silencio, cuyos valores corresponden a la duración de cada nota. Es posible definir al silencio como una nota que no se ejecuta. Lo que sí se colije es el silencio que genera el toque de queda, después de la declaración del estado de alarma por parte del Gobierno -las restricciones discurren de 23 horas a 6 de la mañana -, que erige la memoria de una Málaga que ha callado hasta olvidar por qué quería gritar. Nos hallamos entre sombras y espera en silencio a que algo extraordinario ocurra. En ese lapso previo al clamor, en ese trance que precede al cambio es donde se evidencia la inestimable generosidad del silencio. Cuídense.