Desde que el Reino de España crecía en extensión hace algo más de 500 años con los denominados territorios de Ultramar, su hacienda pública comenzaba a sufrir enormes convulsiones debido a que sus ingresos, incluidos los producidos en dichos territorios, no cubrían los enormes gastos a los que se enfrentaba nuestra nación. Esta deuda pública se saldaba con continuos préstamos, fundamentalmente de banqueros alemanes e italianos, que llevaron a España al menos a trece suspensiones de pagos, siendo la primera la de 1557.

La enorme extensión de territorios a gobernar no solo produjo un gravísimo deterioro en la Hacienda nacional sino que, coincidiendo con la guerra contra la invasión francesa de 1808, en 1810 los criollos españoles de los territorios de Ultramar, aprovechando esta debilidad de España, comienzan a alzarse en armas contra el Estado bajo la excusa de mejorar las condiciones de vida de los pueblos indígenas, lograr mayores cotas de libertad, democracia y una mejor redistribución de la riqueza. Veamos si después de 200 años, los golpistas criollos españoles y sus sucesores han logrado que las repúblicas constituidas lo hayan conseguido.

Para ello hagamos unas simples comparaciones entre dichas repúblicas y el Reino de España en la actualidad. Respecto al gasto público por habitante, mientras España está por encima de los 11.000 euros, Uruguay destina 4.800, Argentina 3.800, Chile 3.400, Brasil 2.900 o México 2.100, el resto ofrece cifras aun menores llegando a encontrar países como Nicaragua con tan solo 370 euros por habitante. Si analizamos el PIB/per cápita, mientras España cuenta con unos 27.000 euros, Chile o Panamá ofrecen unos 13.000, México y Argentina 9.000 y el resto ofrece cifras muy alejadas a las españolas. Según señala un informe de 'The Economist Intelligence Unit', España se sitúa junto a Uruguay y Costa Rica entre los 20 países del mundo con una «democracia plena», mientras países como Argentina o México son consideradas «democracias imperfectas» y países como Nicaragua, Venezuela o Cuba son considerados como «regímenes autoritarios».

Respecto a las mejoras de los pueblos indígenas en estos territorios republicanos de Latinoamérica pareciera que no se haya conseguido mejorar el nivel de vida y libertades prometidas por los criollos españoles sublevados y sus sucesores. Muy a la contra, en estos días se mantienen en una constante lucha en busca de sus derechos históricos ante las repúblicas donde habitan, reivindicando cosas tan simples como tener una igualdad de oportunidad con los criollos. Amnistía Internacional publicaba en 2014 un estudio denominado 'La larga lucha de los pueblos indígenas de América en defensa de sus derechos', señalando que los pueblos indígenas americanos reivindican en estos momentos el respeto a sus derechos y la defensa de sus tierras ancestrales, sus recursos y sus formas de vida, sorprendiendo la petición del presidente de México a España para que pida perdón por el atentando a sus pueblos indígenas, cuando son ellos los que tienen marginado y sin protección a sus pueblos Nahuas, Mayas, Zapotecas, Mixtecas, Totonacas, Otomíes, Mazatecos y hasta 68 etnias distintas, convirtiendo la palabra indígena en México en un sinónimo de marginación. Andrés Díaz Fernández, coordinador del Área de Defensa del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, critica duramente la falta de dignidad y respecto de los indígenas en México, lo que es un reflejo de los que sucede con los indígenas de otras repúblicas latinoamericanas. Juan Eslava Galán señala con contundencia en la página 624 de su libro 'La conquista de América contada para escépticos', que no podemos pedir perdón por el desastre en que sumieron a las repúblicas nacientes en Latinoamérica los golpistas criollos y sus sucesores.

Y después de 200 años, para silenciar el fracaso de los gobiernos de estas repúblicas para conseguir los objetivos que se marcaron en los sucesivos golpes de Estado habidos en los territorios americanos, nace un movimiento de fanáticos 'tumba estatuas', a sabiendas de que los verdaderos culpables del fracaso de estas repúblicas son los criollos españoles que se rebelaron contra el Reino de España y sus sucesores, marginando, excluyendo e incluso persiguiendo a sus indígenas. Tal es el fanatismo inculto de estos 'tumba estatuas' que como un virus ha llegado a contagiar a unos jóvenes vascos que el pasado 12 de octubre tiraban una falsa estatua de Colon responsabilizándolo del imperialismo español, en un clamoroso desconocimiento de la importante presencia de vascos en tierras americanas desde el 1492, como bien recoge el libro de Sabino Laucirica 'Las columnas del imperio. Cuando los vascos conquistaron el mundo para la Corona Española', donde se comprueba el imperialismo español tuvo acento vasco.

Miguel Ruiz Montañez describe, en su trepidante novela 'La sangre de Colon', un escenario en que se adelanta a estos movimientos de 'tumba estatuas', afirmando con sabiduría en una entrevista televisiva nacional el pasado 12 de octubre que sería necesario que estos fanáticos se instruyeran un poco. Para finalizar señalar que no ha existido ningún otro pueblo, antes o desde la conquista de América, que luchara más por aplicar la justicia en sus tierras conquistadas como España, hecho que destaca el historiador norteamericano Lewis Hanke, en su obra 'La lucha española por la justicia en la conquista de América'. Mientras, el 'Movimiento de Reunificación de Puerto Rico con España' viene reivindicando desde hace años que Puerto Rico pase a ser otra nueva comunidad autónoma española, siendo cierto que los primeros estatutos de autonomía aprobados en España fueron las Cartas de Autonomía de Cuba y Puerto Rico de 1897. Molière decía que «somos fácilmente engañados por aquellos a quienes amamos».

*Ruiz Galdón es economista y profesor de la UMA