Ya tenemos Presupuestos Generales del Estado. Doscientos millones para Málaga. Es poco, la última vez que hubo Presupuestos fueron más de 300, pero es verdad que ahora hay un grueso de partidas no provincializadas para pagar ERTES, subsidios, ingresos mínimos, etc. Y para paliar la pandemia. Bien está. Estado del bienestar. Dinero para la solidaridad. Pero mirando al terreno, decepción. 83.000 euros para el llamado corredor litoral ferroviario. O sea, para que el tren llegue a Marbella, única gran ciudad de España sin estación, ni tren, ni vías ni el Cristo que fundó Renfe. Tampoco hay voluntad para prolongar el Cercanías desde Fuengirola hacia Marbella. No digamos Estepona.

Nos están prometiendo el trenecito desde Cánovas por lo menos. Cuando se decidan a hacerlo lo mismo no cabe por ningún sitio. Aquí no pone un rail paralelo a la 340 ni Ábalos ni lo puso Cascos, ni ningún ministro de Fomento del que se tenga memoria. Menos mal que Magdalena Álvarez le dio un impulso definitivo y nos trajeron el AVE. La cantidad consignada no da ni para el estudio preliminar del estudio preliminar del embrión del estudio previo. 83.000 euros que parecen de choteo, un cachondeo. Ni para limpiarse el culo. Y ojo, que estas cuentas están infladas porque ya, más o menos, se cuenta con los cuantiosos fondos de Bruselas, que ni han venido ni están apalabrados y están sujetos a que se presenten proyectos atractivos. El tren en la Costa lo es sin duda.

Pero el tren de la Costa es ya por derecho propio un camelo gigante, una patraña, un bulo, una fake promesa en sí mismo. Igual que lo del Convento de la Trinidad. Lo mismo que la regeneración de los Baños del Carmen. El tercer hospital tampoco nos lo creemos mucho, aunque parece que hay avances pero con el rollo-mantra ese de la colaboración público-privada hay que buscar un paganini que no va a venir a dar euros a cuatro pesetas ni quirófanos gratis ni fonendoscopios por la cara y bisturíes por la patilla.

Lo mismo cuando se inaugure hay que ingresar allí a quién se crea que alguien apuesta por prolongar el tren hasta Marbella o Estepona. Por lunático, crédulo o inocentón. Mentiras a todo tren.