'Sí, pero sólo un poco', por Domingo Martínez Madrid

Los argumentos que propondrán Alemania y Francia al resto de socios comunitarios, en la propuesta de sanciones contra Rusia resultaban inapelables: los pingües beneficios que obtiene Moscú del comercio con Alemania los emplea en políticas desestabilizadoras en Siria o Libia, y en campañas de fake news en sociedades occidentales, lo cual termina generando graves problemas para el gobierno germano. En otras palabras: no es posible seguir manteniendo la ficción de que se puede mantener una política comercial al margen de la exterior. Berlín, sin embargo, renunció a decidir en solitario sobre el asunto, argumentando que afecta al resto de la Unión Europea. Y ahí ha encontrado la complicidad de Francia, mucho más asertiva en política exterior. Aunque, a la vista está, no menos cauta a la hora de tomar decisiones que afecten a sus intereses económicos.