El puente de Todos los Santos continúa en comunidades como la andaluza. También en Aragón. Miles de aficionados al ciclismo, en pleno desarrollo de la Vuelta a España, volverán a enfundarse hoy el maillot para practicar su deporte favorito y emular así, carretera arriba o por terrenos llanos, a todos esos grandes profesionales españoles que no dejan de inspirarnos. Esta mañana faltará uno de entre todos ellos no obstante. De nombre, Álex Sierra. Fallecía el sábado, a los 38 años de edad, tras ser atropellado por una furgoneta el día anterior.

La siniestralidad entre los ciclistas es otra de esas lacras que tiñen de negro las estadísticas en nuestro país. Las víctimas mortales fueron 80 el año pasado, un 38% más que el año anterior, cuando perdieron la vida un total de 58. De la pérdida de Sierra hemos sabido porque uno de nuestros grandes ciclistas, el también aragonés Sergio Samitier (Movistar), mostró su consternación en las redes sociales. Uno y otro eran compañeros en el Club Ciclista Barbastro y compartían entrenamientos.

Sierra pedaleaba a la altura de la localidad oscense de Pozán de Ver0 junto al también peñista David Bestué, que resultó herido de gravedad en el mismo accidente. «Encima de una bicicleta va una vida», proclamaba Samitier en un escrito de denuncia tan desgarrador como necesario junto a campañas y más campañas de concienciación.

Dirigido a su compañero y paisano recién fallecido, el profesional de Movistar agregaba: «Ayer te vestiste por última vez el traje de nuestra peña porque un asesino drogado, de anfetaminas hasta arriba, y con 1,22 de alcohol en sangre decidió acabar contigo. La vida es injusta».

Si ya somos frágiles por naturaleza, a dos ruedas el peligro nos acecha en cada cruce, en cada esquina. Suscribo una por una las palabras de Samitier, acerca de que encima de una bicicleta o de una moto, cuando vamos al volante, tenemos ante sí a alguien que no tiene la culpa de nuestras prisas, de nuestros años de carnet, de la posible ignorancia nuestra sobre el código de circulación. Por qué cuesta tanto mantener la distancia de seguridad de metro y medio cuando adelantamos a un ciclista en carretera.

Quizás por el mismo motivo por el que nos saltamos a diario la distancia que exige la normativa a la hora de luchar contra la actual pandemia: «La falta de educación». Esa a la que también aludía un Samitier que en su primera participación en el Giro de Italia ha acabado como el segundo mejor español (sólo superado por Peio Bilbao).

Recordemos que el periodo de confinamiento se saldó en primavera con 1,2 millones de multas por incumplimientos durante el estado de alarma. Y que en ese balance figuraban 9.000 ciudadanos detenidos en España por no acatar las limitaciones de movilidad. Siempre es reprochable nuestra imprudencia, esa facilidad que tenemos para jugar a la ruleta rusa. Pero saquemos fuera de esa peligrosa práctica a los más débiles de la ecuación. Esas vidas a dos ruedas verdaderamente frágiles.