Se acabaron las excusas. Es tiempo de resultados. La temporada de Unicaja hasta el momento es un aprobado a nivel clasificatorio, sexto en la Liga ACB y segundo de su grupo en la Eurocup, pero un suspenso a nivel de juego y sensaciones. En la tercera temporada del entrenador y con un equipo hecho a lo que requiere su forma de juego, el motor del equipo no acaba de arrancar, y eso que la suerte hasta el momento ha estado siempre a favor del equipo.

Luis Casimiro tiene un bloque consolidado al que solo se le ha añadido una pieza, Abromaitis, que además conocía la Liga. La situación mundial ha propiciado que jugadores como Deon Thompson pasaran el verano en Málaga y fueran habituales de la cancha de Los Guindos para entrenar. Allí vimos este verano a Alberto, Francis, Carlos Suárez y Jaime entre otros preparando la temporada. La pandemia ha rozado al equipo, es cierto que ha tocado al cuadro técnico, pero ni el entrenador ni ninguno de los 14 profesionales del equipo la ha padecido. El equipo cajista también ha esquivado los aplazamientos o cambios de calendario por culpa de la COVID-19 y no ha tenido grandes contratiempos. El equipo ha fichado a dos de los jugadores más codiciados de la ACB en las ultimas 2 temporadas: Darío Brizuela y Axel Bouteille. Los jugadores que esta temporada estaban destinados a ser la ficha 13 y 14 del equipo: Francis Alonso y Yannick Nzosa, han dado un salto adelante y se han colocado entre los mas necesarios de la plantilla. La situación es difícilmente mejorable en conjunto, y a pesar de todo, esto no acaba de arrancar.

Que si la defensa, que si el rebote, la ultima es «el feeling de juego»... No es la hora de quejarse es la hora de que se vea el trabajo realizado y se saque todo el potencial que tiene a esta plantilla. Una vez me dijo un jugador que un buen entrenador es el que saca al menos el 80% del rendimiento a sus jugadores, y ahora mismo no estamos ni en el 40%, salvo honrosas. A todo esto se suma el «asunto» Suárez». Absolutamente inexplicable. No me vale el «No suelo normalmente explicar mis decisiones técnicas». El capitán no es un cualquiera y su ausencia en la cancha ahora mismo es imprescindible y merece una explicación. Carlos es defensa, rebote, carácter, «alma», un jugador que cambia partidos.... No hay que buscarle en la tabla de anotación, ni de rebotes pero el espectáculo que dio el equipo en el inicio del último cuarto en París, 10 puntos anotados debajo de la canasta sin oposición, con el capitán en la cancha no habría ocurrido. Las alegrías que algunos jugadores se dan en ataque tampoco ocurren cuando Carlos está en pista. Si el entrenador no es capaz de ver eso... tenemos un problema. En este equipo sólo hay 2 jugadores imprescindibles: Alberto y Carlos, son el espíritu del equipo, y debería cuidarse ese valor.

Con 8 días por delante Casimiro tendrá también deberes en el reajuste de los roles del equipo. La vuelta de Jaime y dentro de poco de Milosavljevic unido a la comentada «explosión» de Alonso y Nzosa obliga a tomar decisiones semana a semana y no deberían tomarse por antigüedad o salario, sino por calidad y estado de forma.

Después de este descanso llegan 4 partidos antes del parón de las ventanas ante Mornar Bar, Guipúzcoa, Buducnost y Estudiantes. Todo lo que no sea sumar 4 victorias y mejorar mucho la imagen, será dar un paso atrás en una temporada que lo más normal es que se complique en las próximas semanas. Suerte... y poneros la mascarilla.