Hace dos años de la apertura del Centro de Creación Artística Espacio de Dentroen la barriada El Torcal del distrito Carretera de Cádiz de Málaga. Cuando miro atrás, en absoluto tengo la sensación de que haya pasado tantísimo tiempo. Volvía de Granada a mi ciudad natal con el Grado en Bellas Artes y acabando el Máster de Producción e Investigación en Arte. Fue entonces cuando, entre TFM, trabajos y mi cabeza pensante, me puse a buscar local para seguir dando rienda suelta a mi imaginación.

Llevar tiempo formando parte del Proyecto Málaga Más Bella que impulsan la Asociación de Mujeres Kartio y Arrabal-AID con el respaldo del área de Participación Ciudadana del Ayuntamiento para hacer de Málaga un museo de pintura al aire libre, llenando de luz y color rincones en desuso, paredes sin vida y, lo que todavía es más importante, acercando el arte y la cultura a menores y jóvenes que viven alejados de ella, me estimuló para dar forma a mi proyecto personal. También influyó el vivir de cerca la gestión y desarrollo de trabajos relacionados con la pintura mural, la escultura y la docencia, lo que me hacía soñar con dar vida a un espacio para acercar el arte a toda persona que transitase por la calle.

Esta idea fue tomando forma hasta acabar transformando mano a mano con mi padre una peluquería de barrio en un centro de arte. Y, por si fuera poco, rematar mis estudios con el Máster de Profesorado en la UMA puesto que toda formación siempre parece poca.

Dos años de esfuerzo, de ganas e ilusión, de hablar y presentar proyectos, de reír, de ir y venir, de intentar entender el IRPF, de escanear facturas y comprender en primera persona lo que significa emprender tu propio negocio. Dos años de ver el espacio vacío, de verlo lleno, de aplausos, de preparar, de colgar, de arte, de silencio, de poesía, de conocer, de música, de dibujo, de descolgar, de pintura, de escultura, de colegios, de murales, de obras, de hacerme hueco, de cultura fuera del centro, de clases, de exposiciones, de celebraciones.

Dos años de vivir porque ya está bien de sobrevivir del arte. Porque dos años de todo eso sólo me dan ganas de seguir aportando mi granito de arena para acercar la cultura a cada rincón de una ciudad y un país que debería apostar por el arte local y las mujeres artistas que, en los tiempos que corren, nos lanzamos a apostar y a cuidar proyectos innovadores y de carácter social capaces de provocar nuevos núcleos culturales en diferentes puntos.

Gracias a quienes estáis leyendo este artículo, por apoyar mi trabajo, llenar los grupos de clases y acudir a cada evento que se programa. Gracias por la dedicación a aquellas personas que me rodean y me ayudan siempre que pueden. Gracias al creador de la escalera por llevarme a ver desde las alturas un proyecto tan especial como es éste.