¿Quién no ha pedido un tiempo muerto para gritarle esto a uno de sus jugadores? O a todo el equipo. O bien lo ha gritado en mitad de un partido después de recibir una canasta. Yo mismo lo he hecho cuando era más joven. ¿Quién no ha regañado a uno de sus jugadores menos habilidosos cuando le han superado en uno contra uno? Ahora, cuando al que superan es al mejor jugador del equipo regañamos al que no hizo ayuda...

Sin duda que hay jugadores que están más preparados para ser buenos defensores por sus características físicas. Pero eso no quiere decir que los que no tienen esas condiciones físicas ideales no quieran defender. Quizás no tengan en su cabeza lo importante que es defender. Y lo bonito. Todos trabajando juntos con el objetivo de quitarle el balón al otro equipo. Somos nosotros, sus entrenadores, los que tenemos las responsabilidad de enseñarles (qué bonito verbo) que en baloncesto la defensa es tan fundamental como atacar, como mínimo. No se nos puede olvidar que muchos de los mejores entrenadores de la historia piensan que una buena defensa te hace ganar campeonatos. Así que, lo mismo, es hasta más importante.

Inculcar esa mentalidad en nuestros jugadores no será suficiente. Por supuesto que ayuda, pero no vale sólo con eso. Ellos deben saber defender. Defender uno contra uno, cómo colocar el cuerpo, cómo desplazarse, cómo usar las manos. Defender sin balón, dónde colocarse, aprender quién ayuda y cómo nos rotamos. Defender diferentes situaciones tácticas que se producen en baloncesto, como el pick and roll o infinidad de tipos de bloqueos indirectos...

¿Pensáis que un jugador al que le habéis enseñado y convencido de la importancia de defender sigue sin defender por vagancia? Si en muchos casos, sobre todo cuanto más jóvenes son nuestros jugadores, somos para ellos ídolos y son capaces de hacer cualquier cosa por el simple hecho de que se lo hemos pedido nosotros...

Y es que, además de convencer de lo bonito y necesario que es la defensa en nuestro deporte, también debemos enseñarles (otra vez este bonito verbo) a defender. Nosotros, sus entrenadores, somos los encargados de que nuestros jugadores sepan defender individualmente y en equipo.

Puede pasar que no enseñes a defender porque no tienes suficientes conocimientos defensivos como para enseñar a tus jugadores. Por eso es imposible enseñar nada si tú no te preparas para hacerlo, si no estudias y adquieres los conceptos necesarios para transmitirlos a tus jugadores y ayudarles a que ellos lo plasmen en la cancha. ¿Cómo vas a enseñar a defender si tú no tienes los conocimientos suficientes sobre lo que quieres que tus jugadores aprendan? Pero, además de tener esos conocimientos debemos saber transmitirlos para que ellos comprendan esos conceptos, los asimilen y los pongan en práctica.

Así que la próxima vez que estés en un partido a punto de gritarle a uno de tus jugadores que no sabe defender, piensa que tú eres el responsable de enseñarle a defender y que si tu jugador no sabe defender ni la importancia que tiene en el juego, algo mal estás haciendo tú.

Esta autocrítica nos hará ser mejores entrenadores y nos ayudará a prepararnos mejor, a estudiar el juego para conocerlo. Después está el talento de cada uno para saber transmitir esos conocimientos. En la época en la que estamos es fácil conseguir información en internet. Los cursos de entrenadores son cada vez más completos y son necesarios si quieres ser entrenador. Analiza partidos, no los veas como un aficionado más. Vete a ver entrenar a otros entrenadores. No sólo pienses en aprender de los entrenadores top porque puedes hacerlo de los compañeros de tu club. Si quieres ser mejor, tiene más valía entrenar a un equipo y ser ayudante de un entrenador con más experiencia que tú, que entrenar a 2 equipos. Ganarás menos dinero pero más conocimientos. En definitiva, fórmate si quieres formar.