Informaba el otro día el Financial Times del espectacular crecimiento que han experimentado las fortunas de los multimillonarios de todo el mundo- desde Estados Unidos o Brasil hasta China, pasando por Europa- durante los meses que dura ya la actual pandemia del Covid-19.

La información, basada en fuentes bancarias suizas, no dejaba lugar a dudas: las crisis, ya sea la sanitaria y económica de ahora o la financiera de 2009, cuando se nos obligó a los contribuyentes a rescatar a la banca, es buena sólo para las grandes fortunas y acentúan la desigualdad en todo el mundo.

El mayor banco privado del mundo, el suizo UBS, obtuvo los mayores beneficios en una década, y su rival, el también helvético Credit Suisse parece que va a seguir también esa tendencia, escribía el diario británico.

"Nuestros clientes no fueron presa del pánico" cuando comenzó la venta apresurada de acciones, sino que aprovecharon el momento para fortalecer sus posiciones, declaró al periódico el hasta esta semana director ejecutivo de UBS, Sergio Ermotti.

Si se prevé una caída de en torno al 4,4 por ciento del PIB mundial, la mayor de la historia reciente, que resultará en que millones de personas caerán en la pobreza extrema, nunca les ha ido tan bien a los multimillonarios.

La última vez que sucedió algo similar fue a raíz de la crisis financiera de hace algo más de una década, pero si entonces la crisis representaba tanto una oportunidad como también un gran riesgo para los inversores, esta vez, gracias a la rapidez de reacción de gobiernos y bancos centrales, son mucho mayores, además de seguras, las posibilidades de lucro para los ya multimillonarios.

"En comparación con lo ocurrido en 2008 y 2009, esta vez se ha inyectado inmediatamente al sistema un gigantesco estimulo. Y como había ya enorme liquidez y poco donde invertir, los mercados financieros han podido resistir muy bien", declaró Ermotti al diario británico.

Basten algunos ejemplos ilustrativos de lo ocurrido: la fortuna personal neta del hombre más rico del mundo, el fundador y director ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos, creció nada menos que en 73.000 millones de dólares desde mediados de marzo hasta mediados de septiembre, según el Institute for Policy Studies, de EEUU.

En ese mismo período de tiempo, otros dos de los hombres que encabezan la lista de fortunas mundiales, Mark Zuckerberg, de Facebook, y Elon Musk, de Tesla y SpaceX, vieron aumentar sus respectivos patrimonios en más de 45.000 millones cada uno.

En China, ese extraño híbrido comunista-capitalista que registra el mayor crecimiento anual de multimillonarios, 257 personas pasaron este año a engrosar la lista de individuos con más de un billón de dólares. Nunca en 22 años habían crecido tanto las fortunas personales en ese país.

De entre los que ya figuraban en esa lista china destaca Jack Ma, fundador de la plataforma de comercio electrónico Alibaba, cuya fortuna neta creció un 45 por ciento sólo en diez meses hasta alcanzar la cifra de 58.800 millones.

Como suele ocurrir en las crisis, quienes disponen de enormes fortunas aprovechan el pánico de otros para comprar acciones y acrecentar así sus patrimonios. ¿No es un escándalo lo que cuenta el diario económico británico?

Y en medio de tantas evidencias del desastre que se nos avecina y que para muchos, millones, ha llegado, todavía los Gobiernos, incluso los que se proclaman de izquierdas, siguen discutiendo sobre la conveniencia de aumentarles los impuestos a los ricos. ¡Pero si es algo que reclaman ya hasta los más lúcidos de entre éstos!