No me refiero al resultado de las elecciones en USA (aunque es posible que el país asiático también salga beneficiado), sino a la pandemia del covid. Todos sabemos que el virus tuvo su inicio allí, en Wuhan, e incluso algunos medios interesados y malintencionados intentaron divulgar la noticia de que había sido creado y distribuido en laboratorios chinos y expandido intencionadamente por el mundo. Sin duda se trata de otra 'fake new' a la que no hay que dar credibilidad, pero en cualquier caso, con esta peste que padece la humanidad si algún país sale beneficiado de ella es China. Esta afirmación se basa en que mientras en el resto del mundo seguimos padeciendo una segunda ola que cuesta atajar, China ha recuperado la rutina anterior. Las calles han retomado la vida bulliciosa, las vías de comunicación como aeropuertos, autopistas y trenes funcionan con total normalidad, la producción industrial está creciendo como antes, al 6% y el consumo de bienes y servicios continúa su tendencia ascendente. Este contexto la convierte en la única economía de las grandes que crecerá este año más del 2%, mientras que el resto de países verán disminuir radicalmente su PIB en una media del cinco por ciento (desgraciadamente en nuestro caso será de dos dígitos). ¿A qué se debe esta superación y renacer de China? Claramente a su sistema político comunista totalitario pero con reglas económicas capitalistas. ¡Ojo! no quiero que me malentiendan y piensen que alabo el sistema político chino. Nada más lejos de mis ideas, pero si algo está claro es que, en un momento de enorme crisis como la del coronavirus, la disciplina impuesta por las autoridades totalitarias y el recorte de las pocas libertades que gozan han tenido un efecto positivo para superar la pandemia. Las normas son cumplidas y acatadas por la población sin rechistar, bajo penas muy rigurosas. Fíjense si ya han vuelto al proceso de normalidad que el Partido Comunista Chino, que rige los destinos del país, acaba de aprobar el 14º plan quinquenal que servirá de piloto a la economía y el desarrollo social hasta el año 2025. En este plan programático, el objetivo básico será la innovación y la autosuficiencia tecnológica. Otro fin prioritario es impulsar el consumo interno y el crecimiento de la renta personal que, actualmente, está en 10.500 dólares per cápita, todavía muy por debajo de los 65.000 de USA, de los 46.000 de Alemania o de los 29.000 de España. El resultado es que conseguirán un crecimiento rápido de la clase media y veremos a una China moderna, próspera y con tecnología avanzada. Eso sí, con muy pocas libertades.