«Lockdown» el sustantivo que ha llegado a definir tantas vidas en todo el mundo, ha sido nombrada «Palabra del año» en 2020 por el Diccionario Collins de la lengua inglesa. Es el equivalente a nuestro «confinamiento». Define el «bloqueo» como «la imposición de estrictas restricciones a los viajes, la interacción social y el acceso a los espacios públicos», y su uso se ha disparado. Collins Corpus, de 4.500 millones de palabras, y que contiene material escrito de sitios web, libros y periódicos, así como audios de radio, televisión y conversaciones, registró un aumento del 6.000 por ciento en cuanto a uso de la palabra. Que sea reemplazada por «vacuna» y esta tenga sus efectos deseados para la salud mundial es un deseo de la humanidad. En mayo, el 72 por ciento de los adultos estadounidenses mantuvieron que estarían dispuestos a probar cualquier clase fiable de inmunización contra el virus si estuviera disponible en ese momento, pero eso se redujo drásticamente a solo el 51 por ciento en septiembre, tres meses después, cuando empezó a extenderse el temor de una maniobra política para acelerar la comercialización de las vacunas antes incluso de que estén listas. El presidente Trump la prometió con frecuencia antes del día de las elecciones, pero la desinformación no concluyó la semana pasada, cuenta ´The New Republic´. El vicepresidente Mike Pence, jefe del grupo de trabajo sobre el coronavirus de la Casa Blanca, tuiteó incorrectamente que la vacuna Pfizer/ BioNTech «es efectiva (sic) y previene la infección en el 90 por ciento». También describió erróneamente esta vacuna como parte del proyecto Operation Warp Speed de Estados Unidos, cuando en realidad las dos compañías la desarrollaron por separado. Joe Biden ha adoptado un enfoque mucho más comedido de la noticia, escribiendo en un comunicado que «aún faltan meses para el final de la batalla contra el Covid-19» y alentando a los estadounidenses a continuar tomando todas las precauciones contra el virus. Con un promedio de nuevas infecciones que totalizan 111.000 por día, el presidente electo se enfrenta a una pandemia fuera de control favorecida por la dejadez irresponsable de su predecesor en la Casa Blanca. En términos de conjunto, el propio Biden se presenta como un antídoto. Los expertos aseguran que este enfoque, basado en la ciencia y el conocimiento actual de la pandemia, ayudarán a aumentar la confianza en la seguridad y eficacia de la vacuna. Georges Benjamin, director ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Salud Pública, comentó que la vacuna contra el covid ayudará, pero no es la solución milagrosa. «Se trata de una herramienta importante en nuestro conjunto de herramientas, y habrá que tener cuidado de no airearla en exceso». El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo ayer que todas las vacunas rusas contra el Covid-19 eran efectivas, y agregó que el país pronto registraría una tercera para neutralizar el virus, según la agencia de noticias RIA. Putin añadió que Moscú está listo para cooperar con todos los demás países en la carrera de las inmunizaciones, pero instó a no politizar el proceso, un día después de que los desarrolladores Pfizer y BioNTech anunciaran que su vacuna experimental Covid-19 tenía una eficacia de más del 90 por ciento. Si se busca el contexto adecuado para estas palabras habría que recordar que los anuncios anteriores de vacunas rusas han provocado expresiones de malestar de los científicos de todo el mundo porque el trabajo detrás de ellas ha sido opaco y difícil de verificar. En agosto, Danny Altmann, profesor de inmunología en el Imperial College de Londres, declaró a ´The Guardian´: «No creo que los investigadores rusos hayan hecho nada malo, pero igual se han apresurado». Lo mejor es ir deprisa pero sin crear falsas expectativas.