La derecha, la real y la mediática; la ultraderecha y mediática extrema, a este paso, cogerán úlcera de estómago. Y también algunos socialistas, de los llamados históricos, sin faltar los habituales que siguen sin entenderse con Pedro Sánchez, de ellos algunos barones o lideresas regionales. No quieren un presupuesto que cuente con el apoyo de Bildu y sus manchadas manos de sangre. Hay, sin embargo, quien desea que Pedro Sánchez gobierne los próximos años con un presupuesto de izquierdas y que, de entrada, tiene suficientes apoyos para salir adelante. Y, realmente, esto es lo que importa. Quienes sean compañeros de viaje en este proceloso camino hasta su aprobación en el Congreso importa lo justo. El cuerpo del presupuesto ya está redactado y tiene decidida su impronta, a salvo de veleidades independentistas. Lo que hay es un apoyo democrático de partidos democráticos con los que, con seguridad yo no iría a tomar café, pero que se sientan en el Congreso de los Diputados. Sensu contrario habría que decir, y la derecha lo calla, que el Partido Popular está y sigue en diversos gobiernos regionales y en alcaldías con el apoyo y bendiciones de la ultraderecha posfascista de Vox, cada vez más ultramontana. El propio Maroto (el de la moto) no hizo melindres para gobernar la alcaldía de Victoria con el apoyo de HB, los padres de Bildu. Ni a Aznar le dolieran prendas en sentarse con los independentistas. Pero, en fin, dicho lo cual lo de Bildu no deja de ser una 'pedrá' en el ojo derecho de Pedro Sánchez, siendo Podemos quien maneja la honda. Pablo Iglesias, mayor hondero del Reino, con mayúsculas.

Quien sí parece tenerlo chusco, con perdón, es la lideresa de Ciudadanos, Inés Arrimadas. Le llueven cuchilladas por todas partes; de los suyos y de los impropios. Rivera, uno de los peores y más vanidosos políticos que ha tenido este país le tiró a degüello. Más daño hace que tuviera que aguantar a Echenique (socialmente condenado) y a Rufián (de ERC, al que no dolió prendas negociar con la más rancia y abolengo derecha heredera de Convergencia) que, en uso a su libertad parlamentaria, la pusieron a caer de un burro. Pero Inés no está para dejarse avasallar y como la Inés del alma mía, la novela de Isabel Allende, se viste con peto, malla y casco y se bate en guerra sin cuartel contra los mapuches. Altiva, valerosa, arrojada, con menguadas huestes sigue en la lucha. Antes conmigo, dice Inés, que con los mapuches, famosos por sus boleadoras. No tengo nada contra los mapuches pero vienen a tino por su innata capacidad para manejar las hondas, a las que me he referido antes, sucedáneo indígena de las boleadoras. ¡Que haya suerte, Inés! Y suelta lastre; te vendría bien.

Moreno Bonilla, ya lo dije y lo tengo escrito, lo tiene mejor que Pedro Sánchez. El presidente andaluz se enfrenta a un doberman de pacotilla, que enseña los dientes, pone hocico, con perdón, de morder hasta el lucero del alba y se queda en el refrán bien conocido de 'perro ladrador, poco mordedor'. Así que, presidente, tranquilo y a darle a la pandemia y tiene suficientes agallas para tomar más y más duras decisiones por más que se nos venga abajo la economía. Ya habrá tiempo para recuperarse, digo yo.

P.D.- (1) Ya lo dije: lo de Teresa Rodríguez, anticapitalista y antisistema, no ha hecho más que empezar. Más dura de roer que un mendrugo sietemesino.

(2) Si me llamaran «idiota integral», ¿qué haría? Es lo que le ha dicho Martínez a quien fuera su jefe, el exministro rajoyano Jorge Rodríguez, político al que se le imputa haber sido el alimentador de la policía patriótica y como tenía tanto libre montó el tinglaillo para con dinero público cazar los papeles de Bárcenas, no fuera que su jefe estuviera pringao por aquello de las cuentas B del PP.