LaLiga ha perdido pegada. No lo digo yo. Lo dictan los números. Y hay preocupación. Mucha. Le hemos robado la máxima expresión del «catenaccio» («cerrojo») a los italianos, por mucho que el otro día la selección le metiese media docena de dianas a la siempre temida Alemania. Resulta que entre las cinco grandes ligas europeas, es la transalpina la que mayor promedio de goles arroja por partido (3,41). Y el campeonato español es ahora el más pobre de todos en este apartado (2,41).

Puestos a ser justos con la historia, quizás ese fútbol ultradefensivo vuelve a sus orígenes. No olvidemos que fue el «mago» Helenio Herrera uno de sus mayores exponentes de un sistema que acumulaba hasta cinco defensas para aniquilar el juego ofensivo del rival. Así guió al Atlético de Madrid a conquistar ligas mediado el siglo XX o a conducir al Barcelona o al Inter de Milán hasta encadenar tres títulos europeos y dos intercontinentales.

Los aficionados que cada fin de semana se sientan ante el televisor para contemplar en plena pandemia la evolución de los equipos españoles cada vez tienen más tiempo de espera entre gol y gol. Casi 38 minutos de media. En Italia ese intervalo se reduce actualmente a los 26 minutos, dos menos que los que ofrece de media la Bundesliga alemana. En el tercer peldaño figura la Premier inglesa, que también supera con creces un promedio de tres dianas por encuentro, e incluso figura por delante de LaLiga la máxima competición francesa, con la alegría de poder cantar gol cada 32 minutos.

Decíamos que preocupa y bastante todo este relato estadístico a quienes se encargan de exportar las excelencias del campeonato liguero español. Contrasta la actual tabla de máximos artilleros con las de campañas anteriores, porque con un cuarto de temporada superado ningún futbolista ha pasado de las seis dianas de Oyarzábal (cuatro de penalti). Con cinco figuran Luis Suárez, Gerard Moreno, Joao Felix, Alcácer y Iago Aspas. Y para encontrar a otrora líderes como Benzema o Messi hay que bajar aún más en la lista, puesto que comparten peldaño, respectivamente, con Ansu Fati o En-Nesyri.

Suspiran quienes mandan en esto del fútbol patrio por esas campañas en las que Leo Messi o Cristiano Ronaldo peleaban por el trono continental que anualmente otorga la ansiada Bota de Oro. Robert Lewandowski y sus 11 dianas en siete partidos con el Bayern de Múnich o las diez en los mismos encuentros del joven noruego Haaland, con el Borussia Dortmund, brillan con luz propia en tierras alemanas. Hasta diez dianas acumula Calvert-Lewin en el Everton inglés, después de nueve fechas, y son nueve las anotadas por Mbappé, en sólo siete jornadas, con el París Saint-Germain.

El propio Cristiano Ronaldo también reina en la tabla italiana, tras alcanzar el sábado al malabarista sueco Zlatan Ibrahimovic. Ambas referencias ofensivas de Juventus y Milan, respectivamente, suman ocho tantos en cinco jornadas. Mientras tanto, a este lado de los Pirineos, hasta la selección española se ve obligada a recurrir a dianas de talentos «fugados» a la Premier, como son Ferrán Torres y Rodri (Manchester City).