El estudio de los refranes y proverbios se efectúa mediante una disciplina llamada paremiología, en la que se expresan de forma lacónica experiencias históricas y sociales con su carga emocional. Estos aforismos nos llevan acompañando desde los albores de nuestra herencia más atávica; tales dichos o frases inherentes a nuestros ancestros, gracias a su producción anónima, se han transferido inter generacionalmente aportándonos enseñanzas, experiencias, pensamientos y juicios para poder interpretar modos de la existencia a través de una concisa cita, la cual nos sumerge en una honda reflexión ante situaciones cotidianas. En la actualidad, con nuevos hábitos adquiridos entreverados por una evolución de conocimientos y actitudes, están perdiendo vigencia entre los nuevos coexistentes; sin embargo, siguen aseverando la naturaleza de la vida real a través de la interrelación coloquial y sincera entre los integrantes de una colectividad. Comenzamos el final de un pavoroso 2020 con la mirada aún reflejada en el mes de noviembre; mensualidad donde el gris se ciñó al menoscabo de una provincia donde lo luctuoso finalizó venciendo a la llegada del Adviento. Si aplicamos una de estas certeras sentencias: «Marzo trae las hojas y noviembre las despoja», hallaremos una analogía atinada con los números más sombríos. La fatídica segunda oleada de la pandemia cierra el mes de noviembre en Málaga con 154 fallecidos, esto es, el 24% de los 639 muertos con coronavirus contabilizados en los seis distritos contabilizados de la provincia. Tras estas cifras tan aciagas, muchos de nuestros vecinos siguen empeñados en contemplar las luces de calle Larios in situ -generando aglomeraciones nocivas e innecesarias - sin la menor conciencia de solidaridad y responsabilidad que este tiempo clama. «Hasta el fin de la historia, nadie cante victoria». Seamos muy prudentes: es por todos.