La indiferencia ante las consecuencias del Covid-19

Me parece algo inaudito y totalmente increíble pero real la poca consideración que muchas personas están demostrando con respecto a las terribles consecuencias que tiene la enfermedad del coronavirus que está sacudiendo salvajemente a nuestra sociedad actual.

Tras muchas consideraciones he llegado a la siguiente conclusión:

En la sociedad en que vivimos hay una serie de antivalores que son mucho más importantes que la vida y que las secuelas que pueda tener una enfermedad incurable en nuestros seres queridos y en nosotros mismos. Estos antivalores son el egoísmo absoluto, el materialismo y un hedonismo extremo.

Mi pregunta es: ¿Cómo es posible que de cara a la Navidad ya está habiendo aglomeraciones en las grandes ciudades sin guardar las más mínimas normas de seguridad para combatir los contagios ?

La respuesta parece muy simple pero a la vez triste y humana, las personas solo aprenden en su propia piel o en la de sus seres más cercanos y queridos, tienen muy poca empatía y comprensión hacia las personas que no conocen porque piensan que eso no les puede pasar a ellos.

Otro de los antivalores es el consumismo extremo que lleva consigo el materialismo exagerado, pues bien este consumismo conduce a miles de personas a reunirse en calles principales de ciudades y centros comerciales causando situaciones de aglomeraciones impresionantes que, como resultado, volverán a tener hospitales llenos de enfermos miles de contagiados y muchísimas personas en la UCI y además cientos de fallecidos con los que ya no podremos compartir otras navidades.

Realmente estoy enfadado con la poca responsabilidad que tienen muchas personas y también algunas instituciones al no tener en cuenta que ya tenemos experiencia después de 8 meses de pandemia en nuestro país y no aplicar las normas de seguridad de una forma más estricta que evite los riesgos que se acarrean más adelante con hospitales saturados, centros de salud donde no hay asistencia por bajas del personal sanitario y escuelas con profesores de baja por coronavirus y con alumnado confinado por contagios o contactos después de todos los esfuerzos hechos por los sanitarios, fuerzas de seguridad, personal de supermercados, conductores de ambulancia, profesorado, asistentes sociales etc etc.

En definitiva los antivalores existen y están haciendo un flaco favor a nuestro mundo y me preocupa grandemente el futuro de las siguientes generaciones.

Muchas veces me cuestiono quién va a cuidar a los mayores del futuro si las personas no se conmueven por la muerte de sus propios compatriotas y de esta indiferencia es de la que quiero huir porque entonces no me consideraría humano sino una máquina sin sentimientos que no siente ni padece.

Jesús Miguel Relinque Mota