Aprobados los presupuestos al presidente Pedro Sánchez le toca gestionarlos y el reto no es fácil, ni le darán facilidades por la derecha ni por la izquierda, aunque por distintos motivos. Por un lado, Pablo Casado no perderá oportunidad para recordarle lo que la extrema derecha, o sea Vox, le reprocha todos los días a Sánchez: gobernar con apoyo de pro etarras, independentistas y gente de malvivir ideológico; gobierno socialcomunista, bolivariano y émulo del dictador Fidel Castro y Pablo Iglesias, desde Podemos, porque para salvar sus menguadas huestes, descorazonadas por su gestión, le llevará a planteamientos cada vez más de izquierdas para cercar las veleidades pragmáticas de Pablo Sánchez, más dado a atemperar los tiempos. La derecha, pues, y la posfacista Vox, tienen por delante un panorama donde el llanto y crujir de dientes será compañero inevitable. No sabemos si estos dos partidos se han leído la letra pequeña del presupuesto, los más sociales de la historia de España (240.000 millones de euros) y, por el contrario, se quedan en el trazo grueso, sin sustancia y dados sólo a la algarada, a la bronca. Entiendo que para Casado estar tres años más cargando con el desagradable peso de ser oposición debe ser lastre difícil de sobrellevar y que puede ser aún más pesado si en las elecciones catalanas el PP no levanta cabeza. El PP de Casado tiene la oportunidad de distanciarse de Vox y echar las redes en el electorado de Ciudadanos y la oportunidad de ejercer como partido de Estado, con acuerdos con el Gobierno lo que dejaría a Vox en la intemperie y solo, enrocado en su política de odio a todo lo que huela a socialcomnunista.

No obstante, la derecha puede tener cancha y juego si el Gobierno de Sánchez no es capaz de hacer frente a los grandes retos que tiene por delante y con las obligadas reformas a las que se comprometió, entre ellas la esperada y deseada reforma laboral que entierre la nefasta que hiciera el PP gracias a la nunca bien ponderada Fátima Báñez. Se tiene la esperanza de que la ministra de Trabajo, la gallega Yolanda Díaz, especialista en esta materia, con demostrada capacidad de encontrar consensos, gracias a su hábito poco usual en los tiempos que corren, de hacer del diálogo arma política de primera magnitud saque adelante una reforma que exige Bruselas y los colectivos sociales. El Gobierno de Sánchez sabe que, además del control que tendrá Bruselas para vigilar la gestión de los fondos de recuperación, colchón que debe poner la economía española en la rampa de salida de la crisis, con fuerte incidencia favorable en los graves problemas sociales y sanitarios causados por la pandemia. El fondo de recuperación debe ser el instrumento imprescindible para darle la vuelta al calcetín y acometer iniciativas que nos lleven a otro modelo productivo, con alta incidencia en la necesidad de cambios tecnológicos, potenciar y defender economía sostenible y al hilo de lo que en la madrugada del jueves aprobó la Comisión Europea en defensa de la ecología y medio ambiente.

Necesitamos recuperar como ha dicho la gestora de los Presupuestos Generales del Estado, la socialista María Jesús Montero, ministra de Hacienda, la apuesta por la I-D+I y la ciencia como motor de progreso «porque, como desgraciadamente hemos comprobado en esta pandemia, sin ciencia no hay futuro». Y pensar que todavía se sostenga que el recorte a las universidades públicas, como ha sucedido en Andalucía, era necesario e imprescindible da mucha pena por la manifiesta incapacidad y escasa sensibilidad que hay en el Gobierno de Moreno Bonilla sobre el presente y futuro de las 10 universidades públicas andaluzas. No sé si se entiende que el salto a la modernización pasa por fortalecer el músculo investigador de nuestras universidades.

P.D.- (1) El Rey desmérito no es igual que todos los españoles ante la ley, dixit Díaz Ayuso. Esta señora lleva camino de convertirse en albacea de la monarquía. Hacienda somos todos.

(2) Mariano Rajoy tendrá que declarar sobre la supuesta financiación ilegal del PP, sobre los sueldos en B y lo que cuelga del caso Kitchen en la comisión creada en el Congreso. Propio del gallego Rajoy mirará a otra parte, mostrará su perplejidad, pondrá ojos en blanco y a otra cosa, mariposa.

(3) No hay día en que el socialismo andaluz no reviente sus débiles costuras. A Susana Díaz, todos los días, le buscan un sustituto (a). Y así será, gracias a los analistas referentes de la derecha y de algunos socialistas con deseo de sacar cuello, que seguirán alimentando la hoguera inquisitorial contra la secretaria general del PSOE-A.