Vamos en curso de colisión

De la película El extraño caso de Benjamín Button. A veces vamos en curso de colisión y no lo sabemos. Quizás por accidente o por designio, no podemos hacer nada por cambiarlo. Una mujer en París salió para hacer sus compras. Pero olvidó su abrigo y regresó por él. Cuando lo tomó, sonó el teléfono y se detuvo a contestar, habló un par de minutos. Mientras la mujer hablaba, Deisy ensayaba para su presentación en la ópera de París. Mientras ensayaba, la mujer del teléfono salió para tomar un taxi. El taxista dejó a su pasajero y se detuvo por tomar una taza de café. Y mientras tanto, Deisy ensayaba. El taxista que había dejado al pasajero y había parado por tomar una taza de café, recogió a una mujer que iba de compras y había perdido antes el taxi. El taxi tuvo que parar por un hombre que cruzó la calle y que salió de su casa 5 minutos más tarde de lo normal porque olvidó poner su despertador. Mientras ese hombre que iba tarde que cruzaba la calle, Deisy había terminado de ensayar y se estaba duchando. Mientras Deisy se duchaba, el taxista esperaba fuera de una tienda a que la mujer recogiera un paquete, que no habían envuelto porque la chica que debía envolverlo había terminado con su novio la noche anterior y lo olvidó. Cuando envolvieron el paquete, la mujer volvió al taxi que bloqueó un camión repartidor. Todo mientras Deisy se vestía. El camión se retiró y el taxi pudo moverse. Mientras Deisy, la última en vestirse, esperó a una amiga a quién se le rompió el cordón del zapato. Mientras el taxi se detenía por un semáforo, Deisy y su amiga salían por atrás del teatro. Y si solo una cosa hubiera sido diferente, Deisy y su amiga habrían cruzado la calle y el taxi hubiera pasado de largo. Pero, así como es la vida, por una serie de vidas e incidentes encontrados que nadie controla, el taxi no pasó de largo. Y el taxista se distrajo por un momento, y arrolló a Deisy»...

Venancio Rodríguez Sanz. Málaga