Opinión | El copo

A 40 años del '23-feb-1981'

El próximo martes se cumplirán cuarenta años del intento de Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, acontecimiento que se va a conmemorar en el Congreso de los Diputados. He llamado al ‘templo’ de la democracia para cerciorarme de la veracidad del hecho; y sí, es cierto. Me dicen que va a consistir en un acto minoritario por motivos de la pandemia. Asistirá S.M. Felipe VI, el presidente del Gobierno (no los ministros), la más alta representación de los poderes judicial y legislativo, los dos supervivientes de la ‘paternidad’ constituyente (Herrero de Miñón y Miquel Roca) y, lógicamente, un nutrido grupo de ‘enchufados’.

Tenía, un servidor de ustedes, un cierto interés en asistir, cayado en ristre, para saber el tanto por ciento de supervivientes después de cuarenta años de alegrías y tristezas, aligeradas ambas por el maldito ‘bicho’, pero no ha sido posible por más que he rogado.

En Málaga, ciudad que todo lo acoge y todo lo silencia, sobrevivimos cinco de aquellos ocho diputados electos, a saber: Carlos Sanjuán, Rafael Ballesteros, Francisco de la Torre, Miguel Ángel Arredonda y el que esto relata y suscribe.

Dejé constancia de aquel suceso en un librito de poca monta, titulado ‘18 horas con Tejero’ en el que, medio en broma y medio en serio, intenté dejar constancia de mis vivencias personales en dieciocho capítulos de fácil lectura.

Ignoro la ‘real’ causa que motiva esta conmemoración. Desde luego que no es por la ‘heroicidad’ del pueblo español que permaneció en silencio absoluto en sus puestos de trabajo, fueran estos sindicatos, colegios, fábricas, cabarets, bares, casas, etc. Apuesto doble contra sencillo a que se debe al hecho de darle un ‘respiro’ a la Monarquía Parlamentaria.

Nota: Reparto ejemplares gratis de ‘18 horas con Tejero’ a quien desee echarle un vistazo.