Opinión | Zona Press

Más cerca la élite

Hace algunos años, Mari Carmen Morales, una magnífica jugadora de baloncesto de los tiempos del mítico Tokiauto Asunción, en una fiesta del baloncesto malagueño hizo una petición a Unicaja para que acogiera en su organización a equipos de chicas. Unicaja no miró hacia otro lado y amplió su cantera con equipos de niñas. Además, potenció la sección con un equipo senior que logró el ascenso hace dos temporadas a LF2, la segunda categoría del baloncesto español.

Esta temporada, que todas las ligas se pararon por el dichoso COVID, CAB Estepona fue invitado a participar en LF2. No solo aceptaron la invitación, sino que invirtieron mucho dinero para hacer un gran equipo con la ilusión de competir entre los mejores de la categoría.

Pues bien, el pasado miércoles Unicaja y CB Estepona se enfrentaron en Los Guindos en un partido de la segunda vuelta de la Fase Regular. Quizás, este sea el mejor partido de baloncesto femenino que se puede ver en Andalucía. Había mucho en juego porque ambos clubes están en la parte alta de la clasificación, cerca de entrar entre las cuatro primeras, hecho que les hará participar la próxima temporada en LF2 Pro, una nueva competición que sacará la Federación española.

En la cancha pudímos ver a la base de la selección brasileña, Débora Fernandes; jugadoras con un físico impresionante como las africanas Nneka Ezeigbo, Bineta Ndoye, o la francesa Juliana Lawrence; jugadoras míticas del baloncesto nacional, como Luci Pascua; o míticas del baloncesto malagueño, como Gema García; americanas como Sierra Moore, una de las mejores de la Liga; o nacionales de las más destacadas de la competición, como Claudia Calvelo o Vero Matoso; muchas jóvenes jugadoras malagueñas que trabajan para hacerse con un hueco en el baloncesto de élite, como Ana Jiménez o Marta Ortega; andaluzas, como Bea Bajo, Clara Cáceres o María Torreblanca (esta última melillense); o júniors con una gran proyección como Carmen Ruiz, Daniela Ikponmwosa o Carla Viegas. Lástima que, por lesión, faltaron a la cita la que quizás es la mejor jugadora de la Liga, Ana Pocek, y Marina Markovic, una de las jugadoras más talentosas de la liga.

Seguro que falta algún nombre. Pero lo que no faltaba en el partido era inversión, muchas horas de entrenamiento, ilusión y buen juego en juego, ahora que quedan pocos partidos para que acabe la primera fase de la competición y estar entre las cuatro primeras es como ascender, pero sin el como.

El partido fue muy emocionante. La victoria se la llevó CAB Estepona por cuatro puntos. Quizás, Unicaja está echando demasiado en falta, lógicamente por otra parte, la baja de su mejor jugadora, Ana Pocek. Ambos equipos siguen en la parte alta de la clasificación y tendrán opciones hasta el final de clasificarse entre los ansiados cuatro primeros.

Pero lo importante es que se puede ver baloncesto del máximo nivel en Málaga. Y estoy seguro de que, si se sigue trabajando con seriedad y se sigue invirtiendo, pronto tendremos algún equipo en la Liga Endesa, la ACB de las chicas.

Otros clubes, como Club Baloncesto Alhaurín de la Torre o El Palo, deben tomar el testigo de Unicaja y CAB Estepona en LF2, puesto que estos estarán en competiciones más profesionales muy pronto. Así conseguiremos que Málaga sea también un referente en el baloncesto femenino, como lo es en el masculino, que haya basket del máximo nivel en las principales categorías del baloncesto español. Se está trabajando con seriedad, hay materia prima en la cantera de la provincia. Queda invertir y apostar por ello para que estos clubes sean capaces de profesionalizar a sus equipos de élite, como pasa en el baloncesto masculino. Así se conseguirá continuar lo que inició aquel mítico Tokiauto Asunción de Mari Carmen Morales, María Grund, Teresa Ruano, Lourdes Pérez y compañía, que yo iba a ver jugar cuando era un chaval que soñaba con ser entrenador.