Opinión | La Bodeguilla

La vida sigue en Izquierda Unida

Alberto Garzón, ministro de Consumo, la semana pasada en Málaga.

Alberto Garzón, ministro de Consumo, la semana pasada en Málaga. / Álex Zea

Esta bodeguilla imaginaria va a echar mucho de menos a la periodista Encarni Romero. El mundillo político malagueño la ha llorado estos últimos días sin mirarse a los carnet ni a las siglas. La jefa de prensa de Izquierda Unida era todo lo querida que solo puede llegar a ser alguien que siempre llevaba una sonrisa encendida. Mientras trabajaba, desprendía unos niveles de empatía, humanidad, compromiso y profesionalidad que, por desgracia, no siempre se estilan.

Dicen que Encarni se ha ido y va a ser que no. Su eternidad es tan indiscutible como el empeño de la vida en seguir con su inercia, como si fuese un tren que siempre mira hacia la siguiente estación que apuntala el mapa de la rutina. La vida sigue. Con su guión más convencional y también con sus guiños. De repente, uno intenta escribir aquí sobre el inminente congreso del PP de Málaga o la guerra abierta en el PSOE andaluz y no lo consigue. Los dedos huyen para abrazar en el teclado a la ‘I’ y a la ‘U’. Encarni no se ha ido.

La vida sigue. También en Izquierda Unida. A mediados de este mes, la coalición vuelve a votar a su coordinador federal y, presumiblemente, el resultado avalará el continuismo de aquel joven vinculado a Rincón de la Victoria que se metió en el ‘15-M’, el ahora ministro de Consumo Alberto Garzón. Su candidatura, bautizada ‘Avanzando hacia la República. Una IU para un nuevo país’, refleja el peso con el que Andalucía sostiene todavía a nivel nacional a la formación como uno de los pilares que resiste. Como sorpresa agradable, destaca el ‘regreso’ como número 5 del excoordinador regional de IU Antonio Maíllo.

Y, puestos a rebuscar entre sus 79 miembros, un quinteto de candidatos ligados a Málaga aparece entre los nombres que resultan más conocidos. En el número 8 está la hija del histórico Willy Meyer y actual directora del gabinete de la ministra de Igualdad Irene Montero, la abogada Amanda Meyer, que vive en la capital malagueña. En el 10 está la bióloga Eva García Sempere, que fue repescada por Garzón para el gabinete del Ministerio de Consumo tras perder su escaño en el Congreso por esta provincia. En el 13 aparece el histórico José Luis Centella, que ahora preside el PCE.

En el 38 figura el trabajador social Ernesto Alba, secretario general del Partido Comunista de Andalucía. El 53 es para la exconcejala en Málaga Toni Morillas, ahora en un segundo plano aunque con notable experiencia en la política institucional. Y, de forma simbólica, en el 7 de la treintena de suplentes, ha sido incluido el malagueño Toni Valero, coordinador regional de IU y consorte de Amanda Meyer.

Antes de que a finales de este mes de marzo se celebre la duodécima Asamblea Federal de IU tras los aplazamientos que acumula por la pandemia, la lista oficialista de Garzón se enfrentará a la candidatura alternativa ‘La izquierda necesaria’, encabezada por el manchego José Antonio García Rubio. La corriente crítica está plagada de afines a las gestiones anteriores de Gaspar Llamazares y Cayo Lara que no ven con buenos ojos que IU vaya de la mano de Podemos tal y como hace ahora, como si hubiera sido absorbida por la formación morada. Véase la Unidas Podemos a la andaluza que se acaba de presentar con la bendición de Alberto Garzón.

García Rubio fue uno de los colaboradores más estrechos de Lara durante su liderazgo nacional y ahora reclama un debate a dos con Garzón para medir las fuerzas ante los militantes. Algo de batalla habrá pero todo lo que no sea una victoria cómoda del ministro resultará sorprendente.