Opinión | Palique

Echo de menos a Arenas

Echo de menos a Arenas.

Echo de menos a Arenas. / Jose María de Loma

Echo de menos a Javier Arenas. Una semana dos provincias. Campeón. Tenemos que comer. Un abrazo. Te llamo. Arenas representaba un dicharacherismo en desuso, unas buenas formas, una hipocresía suave y un sectarismo acendrado pero no llevado al extremo. Logró incluso ponerse de acuerdo con los sindicatos en su época de ministro de Trabajo. Un señor. Un señorito. Echo de menos a Arenas y lo escribo porque como ya nos dijera Azaña, la mejor manera en España de guardar un secreto es publicarlo en un libro. Esto no es un libro pero es un artículo político que el despistado espectador ha dejado a la segunda línea, uf, más política. Sin embargo usted es un cómplice y sigue aquí viendo a ver qué dice uno de Arenas, al que Casado quiere despojar de su escaño en el Senado. Si hay alguien que merezca ser senador es Arenas, que gasta limpiabotas, fuma puros, tiene una edad, buenos trajes y una experiencia y ha ejercido el oficio más difícil y complicado que existe: administrador de egos. Sobre todo cuando fue presidente del PP andaluz. A Arenas hay que hacerle una oferta editorial para que publique una guía de buenos restaurantes de Madrid. La dirección nacional del Partido Popular, si es que eso existe, está molesta porque Arenas es el único dirigente citado por Bárcenas con cargo público. Hombre, nos ha jodido, pudiendo estar aforado va a estar dando paseos por Triana. Arenas presuntamente trincaba sobres, sobresueldos, pero como tantos y tantos, eso era estructural, sistémico, en aquella Génova de billetajes y whisky rancio. Hubo una época en la que todos se peinaban como Bárcenas. Echo de menos a Arenas porque era agradecido para hostiarlo. Pumba. Un pim, pam, pum continuo, una diana fácil por lo mucho que hablaba y viajaba y opinaba, hagan memoria, carnaza, alpiste bueno para cuando uno no tenía mucho de qué escribir teniendo que escribir de politiqueo. Buen encaje tenía. Arenas siempre fue también alguien al que se le atribuían artimañas, maniobras y poder omnímodo, siendo tal vez en ocasiones un simple baturro poco hábil. O no. Mayoría relativa, derrota absoluta, certificó ABC en glorioso titular. Ahora vuelve al candelero y dicen que maniobra en el PP de Sevilla para que salgan afines en la dirigencia. Es que lo estoy viendo, dando palmaditas en la espalda.