Opinión | La Libreta del Duque de Chantada

Sean Kilpatrick: Un hombre con suerte

«Que la suerte te pille trabajando» decía, o al menos se le atribuye, Pablo Picasso. El genial pintor malagueño tenía claro que sin una base de conocimiento y de trabajo, la suerte sirve para poco. Picasso pintaba obras de arte en un lienzo y Sean Kilpatrick lo hace en una cancha de baloncesto. Natural de White Plains, el mismo lugar donde nació el creador de Facebook Mark Zuckerberg, se convirtió en una leyenda de su High School. Su número 23 fue la primera camiseta de la historia retirada por el centro educativo del lado este del rio Hudson. Destacó en la Universidad de Cincinnati. Finalizó su etapa universitaria como el segundo mejor anotador de su historia solo por detrás de la leyenda Oscar «The Big O» Robertson. Esto no le valió para entrar en el Draft pero este trabajo, acompañado de algo de suerte le valió para jugar 157 partidos en la NBA y ganar más de 2 millones de dólares en sólo 9 días.

El 20 de marzo de 2015 los Minnesota Timberwolves de Ricky Rubio tenían que jugar en el Madison Square Garden ante los New York Knicks. El equipo llegaba con los 8 jugadores justos para poder disputar el partido porque una plaga de lesiones asolaba al conjunto. Hummel, Shabazz Muhammad, Pekovic, Kevin Garnett, Gary Neal, Justin Hamilton y Bennett eran bajas por lesión. Ricky Rubio que venía de reaparecer después de una lesión en el tobillo izquierdo ante los Raptors, se resentía y era baja. Faltaba un jugador a unas horas de comenzar el partido o el encuentro no se disputaría. El entrenador Flip Saunders reconocía que «debíamos encontrar a alguien que pudiera llegar pronto. La geografía fue un factor determinante a la hora de tomar la decisión». Kilpatrick que se encontraba en White Plains, 40 kilómetros al norte de Manhattan, fue el elegido. Firmó un contrato de 10 días y se presentó en los vestuarios 45 minutos antes de comenzar el partido. No conocía a ninguno de sus compañeros, ni había entrenado con ellos. Le dieron su equipación en ese mismo momento. Un uniforme que estrenaría en la rueda de calentamiento del partido entre los 2 peores de la Liga. Era su debut en la NBA. Jugó 10 minutos y capturo un rebote.

En la temporada 2017-2018, su última experiencia con los Pross, jugó para 4 equipos. Nets, Bucks, Clippers y Bulls. El último, Chicago, necesitaba cubrir salarios para llegar al 90 por ciento del tope salarial. El llamado suelo salarial de obligado cumplimiento en la NBA. Para ello firmaron un contrato con Kilpatrick por los 9 partidos que quedaban de temporada y 2 temporadas más no garantizadas por 6,2 millones de dólares. Ambas partes sabían que pasara lo que pasara, Sean sería cortado al final de temporada y se embolsaría por esos 9 partidos 2,16 millones de dólares. Kilpatrick jugó muy bien. Más de 15 puntos por partido y un porcentaje de triples superior al 40 por ciento, pero como estaba previsto fue cortado. Millonario en 9 partidos, y un contrato con el Panathinaikos de Rick Pitino con el que ganaría la Liga y la Copa griega.

El 14 de diciembre aterrizaba en un Gran Canaria en plena restructuración y con muchos problemas internos. El equipo de Porfi Fisac ha cortado este año y no por motivos deportivos en todos los casos a Wiley, Della Valle, Ferrari, Burjanadze, Clark o Kljajic. También apartó temporalmente a su capitán, Javier Beirán, por diferencias con el entrenador. Por el contrario han llegado Dimsa, Stevic, Slauther y Kilpatrick. Un año convulso para los insulares que les tiene lejos de los 8 primeros en la ACB, pero todavía vivos en la Eurocup y con un cruce de cuartos ante el Metropolitans 92 bastante asequible.

Kilpatrick y los suyos buscarán mañana en el Carpena una victoria que les mantenga vivos en la lucha por los play off ante un Unicaja que sigue mejorando, pero al que la temporada le ha dejado sin objetivos muy ilusionantes por delante. No es fácil la tarea de Fotis Katsikaris que al menos tiene el consuelo de que puede recuperar a Alberto Díaz, Darío Brizuela y Gal Mekel para este partido y comenzar a trabajar ya en el asalto a la Liga ACB. Suerte… y poneros la mascarilla.

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