Opinión | La señal

Hércules herido

El tiempo corría despacio, como el viento, pero la humedad era muy alta, y la temperatura de veinte grados. Desde allí, la playa fronteriza de Benzú estaba parcialmente nublada a la caída de la tarde. Sorbió ruidosamente su té con yerbabuena y miró alrededor.

- ¿Y tú crees que esto quedará así?

- Bajará la tensión, el Rey ha golpeado y ahora afloja. Pero el mensaje es clarísimo. Y lo advirtieron públicamente. Lo del Sáhara es sagrado para ellos y nosotros hemos acogido a Gali porque nos lo ha pedido, y por favor, Argelia, después de que otros socios europeos ni quisieran hablar del asunto. Pues ahora, asume las consecuencias, que dice la embajadora marroquí. Bueno, y Podemos, que está con los polisarios, se me olvidaba. No hay que pasar por alto que los saharauis de los campos de refugiados en Tinduf están allí a la fuerza, el Frente ejerce una férrea dictadura, y pueden porque tienen detrás a Argelia y ésta a Rusia.

- Siempre nos están observando, nos ven débiles y con conflictos en casa, y exploran el terreno con pequeños golpes, como el de Perejil. ¿Te acuerdas del relato de Trillo en 2002?

- ¿Cómo no me voy a acordar? Al alba, con fuerte levante de 35 nudos de viento...

- Entonces les paramos los pies, ahora es distinto. ¿Te has dado cuenta de que no ha habido una reacción diplomática dura del Gobierno? Ni diplomática ni de ninguna clase, política soft. Además, no hay charco en que no se meta.

- Se hacen los ofendiditos, un discurso y que pase el tiempo. El Gobierno tenía informes encima de la mesa, pero no ha hecho su trabajo. Bueno, la DGED marroquí sí, el suyo, claro.

- La señal que enviamos fuera es que ya no defendemos ni nuestras fronteras, y así nos toman la medida de lo que estamos dispuestos a hacer. El cierre de fronteras marroquí no persigue otro objetivo que asfixiar económicamente a Ceuta y Melilla.

Los dos hombres, vestidos con chaqueta y camisa, y portando una mochila Samsonite negra el más joven, se levantaron y este último dejó la vuelta en el plato de cristal. Miles de ilegales poblaban la ciudad y, por supuesto, sin mascarillas y con todos los riesgos sanitarios a cuesta… Dormían, jugaban al fútbol, hablaban por el móvil… y nadie parecía saber cómo les habían llegado los teléfonos si cruzaron unas decenas de metros a nado. Cruz Roja y otras oenegés, u osigés, como él decía, ya hablaban de crisis humanitaria, eso sí, no sostenible.

Frente a ellos se alza, nada menos, que la Mujer Muerta, el monte Musa, una de las dos columnas de Hércules, la otra el Peñón de Gibraltar, con sus macacos, que llegaron de aquí.

En el barrio que asciende a la izquierda del puesto de control de la Guardia Civil, todos están sentados en la calle y hay algunas chilabas y babuchas, normal, pero más abajo cientos de españoles, la mayoría jóvenes.

-Con solo decirte que hay cuarenta y dos mezquitas y solo ocho iglesias, te das cuenta del grado de libertad. Eso no lo consienten todos los países porque se vuelve en su contra, y cuando te vienes a dar cuenta ya es tarde… Y ahora dice la UE que nadie puede chantajearla con la inmigración, pero si es lo que han hecho todos, Turquía, Libia, Marruecos… Ahora, esta Marcha Verde bis con casi dos mil menores por delante, de punta de lanza.

- Los cristianos, musulmanes, judíos y los hindúes han vivido durante siglos en paz. Juan I de Portugal conquistó Ceuta en 1415, después en el siglo XVI el reino de Portugal fue heredado por Felipe II y Ceuta mostró su lealtad a nuestro Rey. Te podría contar muchas cosas de esta gran historia. La sensación de inseguridad de la población es visible, muchos han llamado esta noche a la Policía cuando veían grupos de quince o veinte asaltantes deambulando por la ciudad, y las reyertas se han multiplicado, el miedo es real.

-Quizá ahora, desbordado el vaso, tomemos conciencia…

-¿Tú crees?, porque yo no…

Y los dos hombres se perdieron entre la abigarrada multitud de uniformes y jóvenes que daban saltos de alegría. Juan Goytisolo escribió en Reivindicación del conde don Julián:

Árbitro de montañas y ribera, diría el Poeta: saludando, aliviado, la presencia difusa del mar que separa una orilla de otra y libera tu tierra de adopción de la acuciante, venenosa cicatriz.

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