Opinión | El palique

Penalty en Vistalegre

El candidato de Unidas Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid y secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, durante una rueda de prensa tras las votaciones de la jornada electoral, del 4 de mayo en Madrid.

El candidato de Unidas Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid y secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, durante una rueda de prensa tras las votaciones de la jornada electoral, del 4 de mayo en Madrid. / I.Infantes.POOL - Europa Press

El aficionado a la política está a esta hora comprando palomitas, aceitunas y cerveza como para esas grandes jornadas deportivas en las que hay partidazos. Tres acontecimientos, tres. Las primarias del PSOE andaluz, la manifestación de Colón y la asamblea de Podemos. Todo, pasado mañana. El aficionado a la política puede pasar el domingo como antaño se pasaban los domingos de Carrusel: pegado al transistor. Ahora se llevan más las redes sociales. A mediodía ya habremos visto en el tuiterío y las webs quién se ha llegado a Colón a protestar por los indultos, cuántos barones del PP se han ausentado y como de cerca han estado Arrimadas, Casado y Abascal. Y una vez consumido por el público tamaño sucedido (todo rápido, todo fugaz, todo en red, todo carne de titular pero solo un rato), llegará la hora de ver cómo va abordando Podemos la transición y se ancla al postiglesismo y cómo es el ascenso o no de Belarra. Ya a la noche, veremos si el PSOE se queda con Susana Díaz, da el poder a Juan Espadas o va a una segunda vuelta si el férreo tercer contrincante aglutina votos de manera importante. Los rebotes y las derivadas de todo esto son muchos.

Sánchez concursa a través de Espadas en las primarias. O sea, el lunes puede estar más fuerte o persistir en esa caída de baraka, suerte, que se le detecta. La foto de Colón puede impulsar a Casado o engordar a Vox, no estando claro qué gana o pinta ahí Ciudadanos. La nueva dirección de Podemos puede, en fin, dar ya luz verde a ese cambio de Gobierno que planea Sánchez. No descartándose que se haya filtrado una posible crisis de Gobierno para que no se hable de los indultos. Hay material de sobra para comentar el lunes en la oficina. Para avasallar al compañero o agachar la cabeza según hayan ido las cosas. Igual que pasaba el lunes en el instituto si tu equipo había ganado o perdido. La diferencia es que éramos menos rencorosos. Y el martes, pelillos a la mar. Pero en estas citas se van a generar heridas. Y venganzas. El lunes todos con resaca y el martes más de uno pensando que mejor se da a la bebida.