Opinión | Crónicas de Málaga

Las relaciones entre equipo de Gobierno y oposición se enturbian

El hecho de que Carretería vaya a ser semipeatonalizada debería servir a las cofradías para volver a pasar por allí

Imagen de la Tribuna de los Pobres

Imagen de la Tribuna de los Pobres / Álex Zea

El calor nos ha caído a plomo. Mira que es esta una tierra hambrienta de verano, pero las primeras semanas que coqueteamos con el calor siempre nos dejan exhaustos, como si no fuéramos capaces de convivir con él. Y esa asfixia térmica que sufrimos, justo cuando de la camisa de manga larga pasamos al polo, puede que esté afectando seriamente a las relaciones entre el equipo de gobierno, sustentado por el PP, Cs y, hasta ahora, según parece, por el edil no adscrito Juan Cassá, y la oposición, compuesta por el PSOE y por IU y Podemos. Las relaciones, como digo, se han agriado. Eso es evidente. Y como muestra ahí tienen el convulso pleno extraordinario sobre transparencia donde el líder de la oposición, Daniel Pérez, y el alcalde, Francisco de la Torre, llegaron a acusarse mutuamente de cinismo por si se da o no información a los otros en tiempo y forma y según se pide. El equipo de gobierno defiende que transparencia hay, y es mucha. Bueno, según el área. En Vivienda, por ejemplo, no la hay. El caso es que los socialistas querían información de las causa judicial relacionada con las presuntas ‘mordidas’ que cobró un ex alto cargo de Promálaga. Querían saber cómo va la instrucción penal y qué hay de la vía laboral, porque por lo visto este hombre ha sido megaindemnizado. O eso dice el PSOE. El PP dijo que cualquier instrucción penal es secreta, y tiene razón, pero el PSOE recordó que también quería los papeles del tema laboral. Y ahí poca defensa hay. También se habló del CAC y de la gestión que hace la empresa que siempre lo ha gestionado (en Málaga hay cosas inmutables), y de las cantidades que habría percibido durante la pandemia; y luego se liaron con los asuntos de siempre como el de los bomberos, los fondos que se destinan a estos y el parque de Martiricos. Y ahí fue donde el edil de Derechos Sociales, Francisco Pomares, dijo que dudaba de si un edil de la oposición era competente para estar sentado en el Pleno. Como si no lo hubieran votado los malagueños. En fin. El tono de unos y otros se ha endurecido claramente. A ello posiblemente contribuyan la situación interna del PSOE andaluz, que hoy anda eligiendo entre Susana Díaz y Juan Espadas (hay otro más, pero es un apéndice del segundo), la inestabilidad que empieza a respirarse en el Consistorio, con Juan Cassá, edil no adscrito y exportavoz de Cs, votando en ese pleno en dos ocasiones junto al PSOE (no cruzó la línea de apoyar a IU y Podemos). Hemos intentado esta semana que alguien nos explique qué fue aquello. Algunos ediles del PP dicen no saber y hablan de caras de sorpresa, incluidas las de los ediles socialistas. Y hay quien dice que si él fuera el alcalde andaría preocupado, porque Cassá quiere notoriedad, un minuto de gloria y está todo demasiado revuelto. Cassá era la novedad, el edil que, pese a no estar en Cs, votaba siempre con el equipo de gobierno. Eso era así hasta el pasado miércoles. ¿Fue un aviso para navegantes? ¿Una tocada de narices? ¿Un canto a su libertad intelectual de voto? Un amigo periodista me dijo el jueves que Cassá ha confirmado al votar con la oposición que es un tránsfuga, como defiende la oposición. Continúa la polémica sobre lo que cobra sin presentar una sola moción, pero, de momento, parece blindado por el PP, ya que también apoya al gobierno de la Diputación. Leerán la explicación en unos días. Decía que el tono se ha agriado y las acusaciones van de una bancada a otra como cuchillos. El pasado martes, hasta se disparaba por parte del PP al PSOE echándole en cara que mucha transparencia, sí, pero cuando se les dejaba ver a sus ediles el expediente de la Torre del Puerto no iban. O no fueron en febrero. Lo cierto es que lo que hay en Urbanismo es el expediente de la modificación puntual de elementos del Plan Especial del Puerto, y eso se le comentó a los socialistas, que lo que esperaban ver era el proyecto privado en sí, que, al no estar en fase de licencia, explicaba el departamento del concejal Raúl López, no anda por los cajones del edificio de usos múltiples. López ha cogido claramente el bazuca y es el látigo de la oposición y habitualmente se bate, en debates de altura, con Mariano Ruiz Araújo, que hace lo propio en la orilla socialista. Los dos saben soltar lo que tengan que soltar con la dosis justa de mala leche, lo que les permite seguir respetándose sin caer en el insulto fácil y, al mismo tiempo, hacer política. Nico Sguiglia es el edil, por otro lado, empeñado en mantener viva las ideologías y eso, claro, es refrescante. Esta semana, en clave municipal, ha habido otras noticias muy relevantes: una es que la Junta ha dicho que los restos arqueológicos del Astoria hay que conservarlos in situ. El Ayuntamiento dice que sí, que los va a conservar, pero el regidor malagueño vio compatible conservarlos con hacer un edificio. Veremos en qué queda. Buena parte de la ciudad quiere esa zona diáfana. Ya habló hace tiempo de un concurso de ideas y proyecto. Los tres rascacielos de Torre del Río ya tienen licencia y Málaga ha adjudicado la reforma de la calle Carretería. Esperemos que, al ser semipeatonalizada, vuelvan los tronos a pasar por ella y empecemos a recuperar, de paso, señas de identidad. A ver cómo queda la Tribuna de los Pobres. Feliz semana.