Opinión | El Jugador Número 13

Comunicación

Casi 44 años de historia que se cumplirán en agosto para el Club Baloncesto Málaga queda resumida en el comunicado del pasado viernes, tras vivir una crisis que habría que calificar de mayúscula. El mismo, da por buenas esas 86 palabras en una lacónica nota de prensa y se supone que se zanja toda la problemática vivida tras la dimisión de Eduardo García en marzo. Pensar que esa manifestación oficial calma toda la intranquilidad que se puede vivir desde fuera, es estar al margen de la realidad, de la actual y de la histórica.

Aunque la historia de vida de este club comience en 1977 creándose la Sociedad Deportiva Caja de Ronda, me resisto a pensar que estos problemas vividos últimamente se resuelvan así, porque crisis se han atravesado en muchas ocasiones, pero ahora hay una oportunidad de redimensionamiento, de posibilidad de dar un paso adelante claro hacia el nuevo modelo que puede haber en Málaga.

Desde siempre se ha vivido a la sombra de la entidad, sea Caja de Ahorros de Ronda o Unicaja, sea en la versión financiera o fundación, pero se ha dependido en su totalidad de la aportación, y por lo tanto es de justicia que ésta dispusiera de forma discrecional para gobernar el club.

Algo recurrente, no sólo por mi parte, ha sido reclamar que en los órganos de gobierno del club hubiera gente de baloncesto, lo que sólo en el último tramo de tiempo se ha tenido en la figura de Paco Alonso, que lamentablemente sale ahora del consejo. Que no haya nadie de baloncesto, no es buena noticia, que el presidente interino (según la nota oficial) Sergio Corral no sea persona vinculada al baloncesto no significa nada, ni mucho menos, es la constante en toda la historia del club. Si pensamos en presidentes que recordemos por el buen hacer en su gestión, quizá nos vengan Ángel Fernández Noriega y como mucho Manolo Rincón, y éste nunca llegó a estar en nuestro Unicaja. Se rumorea que a la vuelta de un tiempo, el presidente puede ser Antonio Jesús López Nieto, más allá de lo que pueda chirriar que alguien conocido públicamente por el fútbol presida un equipo de básket, habría que pensar dónde estaban los méritos de sus predecesores.

Tras asumir que con el cambio de competición europea (primera decisión del nuevo consejo), se realiza voluntariamente un descenso de estatus deportivo a nivel continental, reconozco que la nueva realidad del equipo no me motiva en exceso.

Desde dentro y desde fuera del club se ninguneó en su momento la Euroliga, nadie de la directiva apareció cuándo se expulsó al Unicaja, se tomó la Eurocup como algo sin valor ninguno, que servía para entretener a unos pocos frikis a la espera de pelear la vuelta a la élite que llegó una vez y casi de casualidad. Ahora, parece que ante el imperativo legal de estar en un sitio o en otro, hay que poner por escrito que se cambia de acera por los siguientes motivos:

«Económicos» ¿Es más barato jugar la FIBA Champions? Aparte de los premios que dé el organizador si se gana, habrá que ver los gastos que hay en la misma y los ingresos que se consigan, porque los cuatro majaras de siempre -incluido servidor- seguiremos ahí, pero no veo atractivo para enganchar a otros.

«Estratégicos» Como no lo entiendo, lo mismo es que ven dañino relacionar Euroliga y Unicaja, y como creo que quizá me equivoco, espero que pronto nos lo expliquen.

«Deportivos» Si la base de cualquier deporte es ser mejor, más competitivo y aumentar el rendimiento, estoy por creer que el mejor paso no es irse a una competición menor.

Habida cuenta que desde el mes de marzo no hay acceso a entrevistas en el club por parte de los medios, todos vivimos del «a mí me parece que…» o «un conocido mío dice…», por lo tanto errar es que es casi obligado. Los cambios que se ven con cuentagotas vienen dados sin ninguna explicación y sería un buen punto de partida cambiar y mejorar costumbres y errores pasados. La parquedad o la inexistencia de la política de comunicación, ese vivir de espaldas a la realidad, esperando que a base de resultados deportivos -que luego llegan o no- baste para que la masa social se apacigüe no estaría de más intentar mejorarlo.

La nueva situación no es cómoda, pero es la que hay, tal vez lo adecuado sea ahora que los que tienen que decidir intenten mejorar el club, profesionalizarlo y acercarlo al exterior para, como dijo López Nieto: «que la gente estará orgullosa del Unicaja». Ya digo yo, que para ello no se va a pedir ganar la NBA, con evitar errores del pasado ya habrá un punto conseguido, y de verdad, no es tan complicado.