Opinión | Málaga de un vistazo

Pringado

Siento que somos legión los que usamos frases hechas, dichos, refranes y expresiones, que según dónde, cómo y cuándo se usan, resultan como estandartes identitarios de una zona, grupo o época. Me da la sensación de que no yerro si digo que esto es querencia autóctona del malagueño ‘de toda la vida’; como si aquí existiera eso. Esta ciudad es mestiza de vocación, fusión de personas de todas las partes de Andalucía, España y el mundo, circunstancia que, a buen seguro, ayudaría a Málaga a ser referida como `muy hospitalaria´ y por eso encontramos tantos matices en nuestra forma de hablar tan diferentes pero que, a oídos de otros, en conjunto suena de aquí. Esto me sirve para encontrarme con una palabra ‘Pringao’: «persona que se deja engañar fácilmente», a la que últimamente encuentro un significado más.

Eres un ‘pringao’ cuando: emites facturas con IVA contribuyendo a las arcas públicas y no a tu propio bolsillo; pagas y no te dan factura porque ya te cobraron como si llevara impuestos y si la quieres, ya sabes; exiges a los políticos la integridad debida contra criterio de una gran mayoría que los excusa porque quién está libre de cargos y en su caso yo haría lo mismo; okupan una propiedad en tu bloque y no puedes impedirla porque no eres el propietario, pero te comes el marrón junto con la comunidad; ocupan tu propiedad por activa o por pasiva y tienes que seguir pagando gastos sine die dejándote piel y bolsillo en procurar su desalojo, mientras la destrozan con la garantía de que son insolventes, no tributan y saben cómo adscribirse al colectivo de vulnerables, con la certeza de estar mejor posicionados que muchos currantes asfixiados; sigues cumpliendo las normas, pagas impuestos, sanciones y construyes sociedad... Es decir ‘pringao’ = responsable.