Opinión | Málaga de un vistazo

San Agustín, melancolía serena

San Agustín, melancolía serena.

San Agustín, melancolía serena. / Antonio Checa

Dejamos que pase el viento de poniente. Nuestros pasos se encaminan hacia la vía de los recuerdos, la hidalga calle de los Caballeros (hoy San Agustín) para contemplarnos de nuevo desde la mirada de la adolescencia y juventud ante un edificio donde se refugia aún el ruido de los niños; el ir y venir de las risas de los estudiantes cobijadas en el patio porticado del Colegio de San Agustín. La elevada puerta cerrada del antiguo convento agustino del siglo XVI nos invita a adentrarnos a unas vivencias ya pretéritas que hoy, con más inquietud si cabe, se nos revelan más presentes por el deseo del reencuentro con nuestra memoria y con una ciudad amnésica que ha permitido durante más de veinticinco años la desidia y el ostracismo de este epicentro educativo. No dejo de contemplar en silencio la mirada absorta de Antonio Checa, acreditado abogado y tenaz defensor de la historia de Málaga; lo observo frene al dintel de su antiguo colegio y veo dibujar en su rostro una sonrisa agridulce que descubre un matiz de disconformidad ante el futuro de esta edificación. Checa -representante de la comisión de los antiguos alumnos agustinos- rompe su sigilo y me comenta, tras conocer la publicación de la licitación de las obras de la nueva sede de la Biblioteca Pública del Estado en este espacio, la incapacidad de nuestros representantes de no concebir en este lugar singular un plan más ambicioso: un centro donde podrían coexistir las Ciencias con las Humanidades, retomando un uso educativo público donde lo cultural y lo científico se entreverarán para otorgarle la veraz identidad que ostentan estas piedras. Retomamos el paseo y dándose la vuelta antes de trazar la esquina sugiere: «Me causa satisfacción que por fin se rehabilite San Agustín; sin embargo, siento que estamos perdiendo una oportunidad única para devolverle su auténtica esencia». San Agustín nos envuelve con una melancolía serena.