Opinión | Tribuna

Frutos de una gestión estratégica

Una imagen del Palacio de Ferias y Congresos de Málaga.

Una imagen del Palacio de Ferias y Congresos de Málaga. / L. O.

La ciudad de Málaga tiene desde hace décadas un compromiso ineludible con la planificación estratégica, un modelo colaborativo de trabajo entre las administraciones y el tejido social y económico que refuerza la gobernanza y la lealtad institucional que debe regir en una democracia madura como la nuestra.

Las principales líneas de gestión puestas en marcha desde el Plan Estratégico de la ciudad centran las acciones en ‘Málaga de la cultura’, ‘Málaga del conocimiento y la innovación’, ‘Málaga integradora e integrada’, y ‘Málaga litoral y sostenible’. Cuatro grandes piezas que entremezclan sus objetivos y que hacen avanzar el engranaje de crecimiento de la ciudad con solidez mejorando la calidad de vida de los ciudadanos y transmitiendo confianza a los inversores.

El concepto de la Málaga del conocimiento y de la innovación que entra con fuerza en las propuestas estratégicas tras las revisión del I Plan y la elaboración del II Plan sentó las bases del trabajo municipal realizado durante años para impulsar el Parque Tecnológico (hoy, Málaga TechPark), potenciar la Universidad con un nuevo campus, favorecer la transmisión de conocimiento desde las aulas universitarias hacia las empresas, y desarrollar la marca de Málaga no sólo como la mejor ciudad para vivir sino también como la mejor ciudad para trabajar y para invertir, ampliando así a todo el territorio del municipio la posibilidad de localización de nuevas empresas tecnológicas que buscan espacios singulares junto al mar y en zonas urbanas de alto valor añadido.

A la vuelta de los años, conviene revisar la historia en las hemerotecas para recordar la creación en 2006 del club Málaga Valley E-27, una iniciativa que desde luego sirvió para que las grandes empresas tecnológicas empezaran a considerar a Málaga como un espacio ideal para invertir, poniendo en valor el talento local y facilitando que el talento de otros lugares del mundo eligiera nuestra ciudad para desarrollar su actividad. El trabajo de esos pioneros entre los que destacaba Javier Cremades dejó paso con los años a la marca Málaga Valley como indiscutible destino de conocimiento e innovación y de inversiones tecnológicas.

En 2010 y 2011 desde el Palacio de Ferias y Congresos poníamos a disposición de los principales protagonistas de la innovación y el conocimiento (empresas, Universidad, e investigadores) dos potentes foros de trabajo: Greencities, foro de inteligencia aplicada a la sostenibilidad urbana; y Transfiere, foro europeo para la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. Jugó también un papel destacado el foro Tikal de Tecnología, Innovación y Conocimiento de América Latina. En paralelo, la creación de las oficinas municipales del inversor y para atracción de inversiones permitía la realización de acciones internacionales con resultados que muchas veces han dado sus frutos con los años y siendo decisivos para consolidar nuestra vocación como destino de inversiones tecnológicas.

En junio de 2017 nacía por iniciativa municipal con apoyo del Estado el Polo Nacional de Contenidos Digitales en el conjunto de Tabacalera, que ha prestado apoyo a 262 startups y ha contribuido a la creación de 522 empleos en los últimos tres años. La formación es un aspecto fundamental de su actividad que en 2020 aumentó un 54% más de horas lectivas que el año anterior, con 76 cursos, 1.722 alumnos y 5.930 horas de aprendizaje. Y el Ayuntamiento de Málaga es mecenas de la Cátedra Estratégica de Videojuegos, Gamificación y Juegos Serios de la UMA, con un máster de Creación de Videojuegos que se imparte en el Polo Digital y que en octubre iniciará su octava edición. La potencia de Málaga impulsa el crecimiento de la industria del videojuego en Andalucía y representa el 41% del sector en la región. Por ello, Andalucía ha crecido hasta situarse en el tercer puesto en el ranking de distribución nacional de las empresas de videojuegos.

Es posible que en los últimos años se hayan producido los anuncios más llamativos por parte de grandes empresas tecnológicas. A inicios de 2021 conocimos la decisión de Google de instalar un centro de excelencia para la ciberseguridad; el anuncio de Vodafone de traer un centro europeo de I+D+I; la llegada de la multinacional Globant, empresa de ingeniería de software y tecnología de la información originaria de Argentina; el acuerdo municipal para que Digital Enterprise Show se celebre en Málaga; o el refuerzo de la apuesta de TDK. En todo caso, desde 2000 se han ido sumando de manera progresiva grandes firmas como Nokia, Ericsson, Accenture, Dekra, entre otras; se creaba la incubadora ‘The Green Ray’ y años más tarde la aceleradora de proyectos tecnológicos ‘The Green Lemon’; o el nacimiento de la Asociación de Empresas Tecnológicas Innovalia.

En definitiva, quiero destacar que se trata del resultado de un esfuerzo colectivo de ciudad que debe seguir dando sus frutos y nos permitirá ver todavía muchas e interesantes noticias para Málaga. Como Ayuntamiento seguiremos apostando por la formación y por eso Málaga contará con nuevos centros universitarios que fomenten la calidad educativa y la investigación, promoviendo la conexión indiscutible entre la universidad y las empresas.

Todavía con los efectos de la pandemia debemos aprovechar la oportunidad que nos brinda el auge del teletrabajo con más campañas de promoción, y también, hemos trabajado con seriedad un amplio conjunto de proyectos que se puedan desarrollar a través de los fondos europeos Next Generation. La ciudad gana en notoriedad internacional y una de las cosas que más podrían ayudar a amplificar la proyección de Málaga sería conseguir la candidatura para organizar una Exposición Internacional en 2027 sobre la era urbana y la sostenibilidad de las ciudades en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Málaga reúne condiciones inmejorables para captar y retener talento, crear empleo de calidad y convertirse en una referencia en Europa y el mundo. La conjunción de un aeropuerto internacional y un puerto de cruceros, una conexión de alta velocidad, la Universidad, Málaga TechPark, el Polo Nacional de Contenidos Digitales, la oferta cultural y la pujanza turística favorecieron la implantación de proyectos innovadores en la ciudad. La consolidación de Málaga como destino tecnológico se ha producido porque unas empresas punteras han ido atrayendo a otras, y porque Málaga es muy permeable a la colaboración público-privada.

Ese trabajo colectivo al que me he referido en varias ocasiones seguirá permitiendo que Málaga avance hacia una sociedad más respetuosa con el medioambiente y más sostenible, y socialmente más cerca de las personas.