Opinión | MÁLAGA DE UN VISTAZO

Mucho sol y pocas luces

Ahora que son tantos los vacunados y que parece que el muro de contención contra el virus se ha fortalecido, ahora que el verano ha sido casi verano, que los negocios vuelven a hacer honor a su nombre, que la vuelta al cole no parece un disparate, ahora que todo, poco a poco, va volviendo a su lugar -aunque ya no hay sitio para muchos-, ahora que en fin, tras tantos meses sometidos a las penurias y amenaza de la pandemia ya se ve la luz al final del túnel parece que nos la quieren vender más cara de lo que vale y no nos dejan festejar la salida. Hemos cambiado muchas cosas durante estos meses como sociedad, pero la avaricia sigue intacta y sin complejos.

Sube la luz a la velocidad de sí misma sin compasión, batiendo récord tras récord en un precio que desprecia a quienes lo pagan y más aún a quienes no pueden pagarlo. No contentos con la mascarilla alguno se ha quitado también la careta y muestra ahora su gigantesca cara encareciendo el suministro para llenarse los bolsillos. Uno ve los beneficios de las compañías eléctricas y los contrasta con las dificultades que tantos tienen para pagar las facturas y no es difícil llegar a la conclusión de que algo falla. Aunque hay algunos que como no ven solución niegan el problema. No sé si será por tener pocas luces o por no querer encender las que se tengan. Y el precio sube, deslumbra y nos ciega.

Ya podría haber sido natural la luz del final del túnel al menos en España que sol no nos falta, lo que sí falta son ganas de aprovecharlo más allá del turismo de playa, porque apostar por las renovables no parece una prioridad, mejor seguir comprando fuera y revender dentro, todo es cuestión de márgenes, márgenes que dejan al margen, que marginan.