Opinión | El COPO

Majaretas

Fue el líder de ‘Más País’, Íñigo Errejón, el primero que hizo pública la problemática de la falta de asistencia médica en ‘Salud mental’ en un debate celebrado el Congreso de los Diputados.

Y fue allí, ante el ‘escopetazo’ de «pues vete al médico» que le propinó una señoría masculina del Partido Popular, donde se certificó la necesaria demanda de más servicios de atención sanitaria pública a los que padecen, o padecemos, cualquier problema de desequilibrio bipolar o similares.

Las visitas a psicólogos y psiquiatras se demoran en demasía, las pildorillas ansiolíticas se venden como rosquillas, la soledad de numerosas personas es tristemente alarmante, los suicidios van a más y la juventud, parte de ella, se ha apuntado a ese lúgubre ejercicio.

La pandemia, su oleaje y la posible tercera vacuna que asoma entre consejos de sabios crean una visión incierta y aburridísima del futuro, o sea, de aquí a tres meses.

Si a ello se le une la factura de la luz, la calefacción de aquí a un mes, la falta de medios de numerosos conciudadanos, la marcha de Messi, la interminable reunión entre Generalitat y Gobierno nacional, el trabajo solitario en casa frente a un ordenador, la bufanda del secretario general de UGT y los unos, las unas y les unes, es fácil caer en una depresión a la primera de cambio.

¿Qué nos puede salvar de ello? Desde luego que nada podemos esperar del obispo de Solsona, señor Xavier Novell, que anda entre ‘tinieblas’; algo, pero muy poco, de los que deambulan apagando y encendiendo neveras, aires acondicionados y duchándose con agua fría. Lo mejor, creo, podría ser aparentar que uno se está volviendo ‘majareta’, estado perfecto para esta ‘caca’ de tiempo. Y no lo duden, dejen de existir y comiencen a vivir. Beban y vivan.